martes, 25 de febrero de 2020

VERSUS

VERSUS
No es tanto el bloqueo lo que nos afecta, más bien, el tonteo.
Expropiar a los agricultores para dar las tierras a quien no saben de siembra. Comprar pollo a granel a otros países para castigar la producción interna. Sacar a los petroleros de su trabajo para que vayan a fortalecer la industria de otros países.

miércoles, 12 de febrero de 2020

SURREALIDAD


SUBREALIDADES
En la película dirigida por Christopher Nolan “El Origen (Inception)” protagonizada por Leonardo DiCaprio (don Cobb), que ganó el premio Oscar al mejor sonido, llevan los sueños hasta el quinto nivel, planteando, desde el comienzo, que en cinco minutos (los cinco minutos son míos) de sueño se puede vivir, en ese sueño, hasta cincuenta años, y regresar a la realidad con cincuenta años de experiencia subliminal pero aplicable. Supóngase que sólo se sueñe por cinco minutos del tiempo que estemos dormidos y en ellos se viva una subrealidad de cincuenta años.
Venir a la realidad, estado de vigilia, con experiencia vivida en la subrealidad es, de por sí, una gran fantasía, por cierto, tener subrealidades, soñar y aprender en ellas, es uno de los anhelos de la humanidad.
Soñar en el sueño, es decir, tener una subrealidad dentro de otra subrealidad, y que transforme la anterior, la primera subrealidad, en una realidad paralela y vivir cincuenta años en la subrealidad segunda, significa traer de la segunda a la primera cincuenta años de riqueza cognitiva, para tan solo cinco minutos de sueño de la primera subrealidad de los cincuenta años que dura envejeciendo allí, y que, a resumidas cuentas, son cinco minutos de la realidad originaria.
Aunque la adición acá no es aplicable, haciendo caso omiso a las observaciones que de seguro habrá, pudiéramos decir que en los cinco minutos de sueño a dos niveles se tiene cien años para aprender.
Ahora supóngase que en el subsueño segundo, sueño dentro del primer sueño, se sueña durante cinco minutos, es decir, vivir una tercera subrealidad, y que en ésta también se quede dormido y sueñe, en tan solo cinco minutos se habrá obtenido doscientos cincuenta años de aprendizajes reales, o tal vez, se debería decir, aprendizajes subreales.
Para cerrar la reflexión les dejo como preocupación: ¿Será posible que nuestra existencia, nuestra realidad, sólo sea cinco minutos subreales, de múltiples sueños de un gigante y, en ellos, siente que duramos más de cincuenta años, mientras el envejece en el sueño?.
EN EDICIÓN
Dr. Edgar B. Sánchez B.