miércoles, 29 de agosto de 2018

FLAUTA DE PAN

LA FLAUTA DE PAN


Dice el relato mitológico, que el dios Pan, era un músico extraordinario; en todas las fiestas, las ninfas se acercaban a él para solicitar atención especial y que el dios cantara algunas canciones a su nombre. Sin embargo el disfrute de su feminidad la degustaba quien las bailara. Pan al final de las fiesta quedaba solo. Las ninfas salían, después de la jornada, con aquellos que las bailaron. 

Una noche dedicó todas las melodías a Siringa, hija del dios Aqueloo, dios río. El dios Pan tiene un aspecto que lo hace ver feo, desde la visión de los humanos, no de los sátiros; su forma no es humana, pues posee cachos y patas de carnero, por ser un fauno. Sus pies, más bien patas, le permite rápido desplazamiento. 

Enamorado, estuvo de Siringa, la hermosa ninfa, al terminar las fiestas ésta siempre se escabullía con con algún pretendiente que la había bailado, escuchando su música. La última noche, acabada la fiesta, él la siguió para pedirle permiso para enamorarla; la ninfa se sintió acosada o tal vez, repudiaba el acercamiento, y pidió a su padre, Aquelao, dios río, que la ayudara y, éste, se transformo en cristalina  cascada. La bella ninfa se lanzó con osadía y  desesperación, no se dio cuenta que la caída, cual Churumerú, aún no había terminado de formarse. 

Sus hermanas, náyades, desesperadas, se transformaron en cañaverales, ella también al tocar el fondo.  Cuando llegó a la sima (sima: lo más bajo de un lugar) Siringa, sufrió la misma metamorfosis. 

Un buen rato después, Pan, de precipicio en precipicio, logró llegar donde estaba Siringa, su amada, transformada en cañabrava. Al escuchar el hermoso zumbido que producía el junco al ser movido por el viento, cortó el esplendido tallo para conservarlo por siempre, en honor a la memoria de su amada. Construyó la FLAUTA DE PAN.

Dr. Edgar B. Sánchez B. 

viernes, 24 de agosto de 2018

EXPRESIONES INNECESARIAS EN AL HABLAR: PREJUICIOS IMPLÍCITOS

EXPRESIONES INNECESARIAS EN EL HABLAR: PREJUICIOS IMPLÍCITOS
Llamo prejuicios, para este escrito, aquellos efectos cognitivos que nos domina, y que en la mayoría de las veces, no son producto de la construcción individual del saber, no esta presente la reflexión individual, más bien imposiciones aprendidas desde la sociedad, desde la familia, desde la forma que la que otras personas conciben. Sin quererlo, cual sismo, repetimos inconscientemente imposiciones sociales. Estas se puede también llamarlas preconcepciones.
Por ejemplo en los juicios: "Yo, a pesar de que no, no soy negro, estoy en contra de la esclavitud". Da por sentado, implícitamente, que los que sí lo son sólo están en contra de la esclavitud por mero interés. Este tipo de juicio se realiza usualmente sin tener consciencia de lo que transmite.
Otro como "Yo, que no soy católico, pienso sin embargo…" En cualquier debate, deberían sopesarse los argumentos, sin echarles un gramo de más ni restarle uno de menos, por esto o por no esto.
Normalmente un fanático usa la expresión peyorativa, cuando encuentra argumentación contraria a su forma de creer, tomadas en proverbios 23:9: "A oídos del necio jamás dirijas palabra, pues se burlará de tus sabios consejos" o "No hables a oídos del necio, porque despreciará la sabiduría de tus palabras".
Cuando un predicador se queda sin argumentación en un dialogo bilateral recurre a la expresión (Mateo 7:6) "No respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él" o "Responde al necio según su necedad, para que no sea sabio ante sus propios ojos", otros, un poco más ofensivos y con igual intención de hacer daño a la persona y a la conversación, usan “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y os despedacen” .
Son sencillamente recursos de la misma profundidad como el que grita para hacerse sentir. No es extraño que sea lo primero que se aprende de memoria y lo recitan con la codificación precisa. Los comportamientos implícitos modulan nuestra existencia, aunque no seamos conscientes de ello.
Son tan sutiles los prejuicios implícitos, que han sido usados para introducir condicionamiento en los hábitos alimenticios, como por ejemplo; Den Fujita, introdujo McDonald's en Japón en los años 70, y la convirtió en la primera cadena de comida rápida capaz de seducir. Fujita llegó a aseverar que “los japoneses somos amarillos y bajitos porque no hemos comido nada más que arroz y pescado durante los últimos 2.000 años. Si comemos hamburguesas y patatas fritas de McDonald’s durante los próximos mil años seremos más altos, nuestra piel se volverá blanca y nuestro pelo, rubio”. Y funcionó.
He tenido intercambios maravillosos, llenos de contenido, de con personas estudiosas de la biblia, sin embargo su capacidad comunicativa se ve alterada por usos de citas despectivas contra el hablante. Violenta todos los criterios establecidos del buen hablante-oyente.
A todos nos gusta introducir en las conversaciones nuestras lecturas, aquellas en las que nos sentimos fuertes, con ello logramos aumentar el manejo de las categorías que nos gusta, sin embargo es conveniente hablar-escuchar, con paciencia y agresividad respetuosa de lo otrero.
En ese competir innecesario de creencias y rutas de salvación es oportuna la frase de John Lennon "Cuando hagas algo noble y hermoso y nadie se de cuenta, no estés triste. El amanecer es un espectáculo hermoso y sin embargo la mayor parte de la audiencia duerme todavía".
Nota: este contenido es copia y pega de lecturas circunstanciales. Lo único mio son los conectivos.

jueves, 2 de agosto de 2018

HIPERPARANOIA CON HIPERINFLACIÓN

HIPERPARANOIA CON HIPERINFLACIÓN
Donde vivo, siempre ha habido canales humanitarios, no hay miedo que estas estructuras existan y actúen: unos, los que tienen carro, ofrecen transporte a sus vecinos; otros organizan lo del gas, aquellos se encargan de la limpieza de la urbanización; algunos tienen habilidades para mantener funcionando la bomba del agua, también hay los que ofrecen el buen servicio de distribuir alimentos, incluso hay quienes venden: aguacates, naranjas, cambur verde, también cambures ya no verdes (para evitar pronunciar el innombrable), es una comunidad humanitaria, con canales humanitarios.
Nunca, eso si, nunca, se ha escuchado que alguien piense que por ello, están penetrando las casas, que han invadido la intimidad de la urbanización, no se tiene miedo a los cascos de ningún color, estamos siempre abiertos a que haya canales humanitarios.
El pánico a los canales humanitarios sólo existe en algunas mentes enfermas, que ven estas figuras como los monstruos producto de una crianza, probablemente, de secuestradores, resentidos sociales, menos mal que de esos, que también tengo por vecinos, son muy pocos.
Dr. Edgar B. Sánchez B