viernes, 24 de agosto de 2018

EXPRESIONES INNECESARIAS EN AL HABLAR: PREJUICIOS IMPLÍCITOS

EXPRESIONES INNECESARIAS EN EL HABLAR: PREJUICIOS IMPLÍCITOS
Llamo prejuicios, para este escrito, aquellos efectos cognitivos que nos domina, y que en la mayoría de las veces, no son producto de la construcción individual del saber, no esta presente la reflexión individual, más bien imposiciones aprendidas desde la sociedad, desde la familia, desde la forma que la que otras personas conciben. Sin quererlo, cual sismo, repetimos inconscientemente imposiciones sociales. Estas se puede también llamarlas preconcepciones.
Por ejemplo en los juicios: "Yo, a pesar de que no, no soy negro, estoy en contra de la esclavitud". Da por sentado, implícitamente, que los que sí lo son sólo están en contra de la esclavitud por mero interés. Este tipo de juicio se realiza usualmente sin tener consciencia de lo que transmite.
Otro como "Yo, que no soy católico, pienso sin embargo…" En cualquier debate, deberían sopesarse los argumentos, sin echarles un gramo de más ni restarle uno de menos, por esto o por no esto.
Normalmente un fanático usa la expresión peyorativa, cuando encuentra argumentación contraria a su forma de creer, tomadas en proverbios 23:9: "A oídos del necio jamás dirijas palabra, pues se burlará de tus sabios consejos" o "No hables a oídos del necio, porque despreciará la sabiduría de tus palabras".
Cuando un predicador se queda sin argumentación en un dialogo bilateral recurre a la expresión (Mateo 7:6) "No respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él" o "Responde al necio según su necedad, para que no sea sabio ante sus propios ojos", otros, un poco más ofensivos y con igual intención de hacer daño a la persona y a la conversación, usan “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y os despedacen” .
Son sencillamente recursos de la misma profundidad como el que grita para hacerse sentir. No es extraño que sea lo primero que se aprende de memoria y lo recitan con la codificación precisa. Los comportamientos implícitos modulan nuestra existencia, aunque no seamos conscientes de ello.
Son tan sutiles los prejuicios implícitos, que han sido usados para introducir condicionamiento en los hábitos alimenticios, como por ejemplo; Den Fujita, introdujo McDonald's en Japón en los años 70, y la convirtió en la primera cadena de comida rápida capaz de seducir. Fujita llegó a aseverar que “los japoneses somos amarillos y bajitos porque no hemos comido nada más que arroz y pescado durante los últimos 2.000 años. Si comemos hamburguesas y patatas fritas de McDonald’s durante los próximos mil años seremos más altos, nuestra piel se volverá blanca y nuestro pelo, rubio”. Y funcionó.
He tenido intercambios maravillosos, llenos de contenido, de con personas estudiosas de la biblia, sin embargo su capacidad comunicativa se ve alterada por usos de citas despectivas contra el hablante. Violenta todos los criterios establecidos del buen hablante-oyente.
A todos nos gusta introducir en las conversaciones nuestras lecturas, aquellas en las que nos sentimos fuertes, con ello logramos aumentar el manejo de las categorías que nos gusta, sin embargo es conveniente hablar-escuchar, con paciencia y agresividad respetuosa de lo otrero.
En ese competir innecesario de creencias y rutas de salvación es oportuna la frase de John Lennon "Cuando hagas algo noble y hermoso y nadie se de cuenta, no estés triste. El amanecer es un espectáculo hermoso y sin embargo la mayor parte de la audiencia duerme todavía".
Nota: este contenido es copia y pega de lecturas circunstanciales. Lo único mio son los conectivos.

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