martes, 21 de noviembre de 2023

CARTAS PARA BRITTANY: Tracción a sangre

 

CARTAS PARA BRITTANY

Tracción a sangre

Hola Brittany, es importante, para mí por cuanto me produce un encanto fabuloso escribirte, contarte los detalles de cómo se hacían los traslados de los enfermos cuando yo era de tu edad. Estoy hablando de la década de 1960.

En las zonas aledañas de la finca San Isidro, donde nací y viví, no había, en ese tiempo, vías para recorrer en vehículos con automotor. Toda carga pesada se transportaba con tracción a sangre. Papá poseía varias mulas de carga y su propia bestia de silla, la de mamá le llamábamos “la mula negra”.

La tracción a sangre no era sólo de bestias amansadas, así se les dice, para que soporten en sus lomos la producción agrícola que había de colocarse en los mercados pueblerinos. También los hombres y mujeres cargaban en sus hombros grandes pesos, por lo general, organizados en polleros.  

Cuando una persona se enfermaba y perdía fuerzas para caminar o cabalgar, se llevaba a hombros de hombres corpulentos hacia los centros de salud disponibles en los pueblos. Recuerdo, como si fuese hoy, el traslado de María Pérez, la vecina de la finca del Cedro, la mamá del bobo Rosario, hacia el hospital en el que murió al tercer día de su internado. Tiempo lluvioso en el que parecía imposible que se mantuvieran en pie,  los que la llevaban en hombros en un improvisado camastro.

Preciso, apreciada bisnieta Brittany, que había una familia, los Chacones, que en época de Aparicio, Maximiano, Jorge, Alejandro, con su padre José y otros, que no recuerdo, se ofrecían como voluntarios para trasladar enfermos desde campos alejados, por varios kilómetros de los poblados. Ellos eran un alivio para los familiares. Creo, es posible que esté equivocado, que no se les reconoció, como debe ser, las tantas veces que sus hombros salvaron vidas.

Con cariño para ti Brittany, de su bisabuelo materno

Edgar B. Sánchez B.

ABRAZOS

 ABRAZOS

 Me hipnotizan los abrazos

Abrazo cada vez que es permitido

El abrazo lo entiendo en su virginal totalidad

Hay abrazos como los tuyos de maravillas, de entorno y de luces

Por eso los doy, por eso los busco.

 

Un abrazo es un contacto sublime, corto y único

Llena vacíos de cada célula, de cada sinapsis

Sinapsis alterada, por ello son luces ilegibles

Cuanto quisiera saber leerlos en su  plenitud.

 

Hay abrazos de viernes bajo lluvias de cantos, aceptación y sonrisas

Hay abrazos infinitos que  dejan intactas las otras sombras (he recibido varios)

Abrazos que aún existirán hasta mi próximo retorno.

 

Hay abrazos sobrinos, que son irrepetibles, desde la sombra de un cerezo

Un asiento de hierro forjado en el inmenso patio,

Para recibir el sublime néctar de los abrazos.

 

Edgar B, Sánchez B.

 

domingo, 19 de noviembre de 2023

CARTA A BRITANY: La escuela a tan solo ocho kilómetros de la finca San Isidro

 

CARTA A BRITANY

la escuela a tan solo ocho kilómetros de la finca San Isidro

Queridísima BRITANY:

Es para un placer inmensamente grato, escribir para ti un episodio importante para mí, por cuanto de ello dependió, sobre manera, que mi adolescencia tuviera escuela: A mis 15 años de edad, podía decir, con orgullo, que logré graduarme de sexto grado en la escuela primaria de la localidad de Los Palmares, a  tan sólo ocho kilómetros de distancia de donde vivía con mis padres, en la finca San Isidro.

El recorrido lo hacíamos todos los días a pie, desde las 7 a.m. junto a mi hermano Antonio y mis hermanas: Lucrecia y Custodia. Luego, claro está, de haber cumplido con las actividades de ordeño de quince vacas y alimentado  los cochinos y a las bestias de carga.

Este evento, que relato para su saber, es el más sentido y lo recuerdo con especial añoranza.  Es posible que pienses que tu abuelo no era suficientemente inteligente por cuanto, en tu edad, un niño de 11 años ya ha superado la primaria y se perfila, lleno de oportunidades, hacia la secundaria.  Yo la culminé a los 15 años y los de bachillerato a los 21 años de edad.

La vía vehicular aún estaba en construcción y el de recuas, eran profundos cangilones que en épocas de lluvia, el agua corría con libertad, por lo que. había que luchar para vencer su caudal y no dejarse vencer.

Para fortuna de nosotros, la escuela contaba desde antes de 1950 con comedor escolar en el que almorzábamos  y nos daban a las 10 a.m. el vaso de leche que el estado venezolano proporcionaba a sus jóvenes estudiantes.

De retorno a casa a eso de las 5 p.m. Antonio, su tío, y yo, nos bañábamos en las cristalinas aguas de un río que ahora se llama El Cafetal, otrora pozo azul.

Creo que mi niñez fue hermosa, en un campo donde la miel de caña para para la panela se olía a distancia y el queso abundaba.

Te amo bisnieta, Tu abuelo que te quiere Edgar Bautista.

viernes, 25 de agosto de 2023

 EN APUROS

Para Edbausambri las noches han dejado de ser placenteras, terribles personajes lo visitan a diario, ya no es capaz de distinguir si está despierto o dormido. Aunque puede él a aprendido a filtrar la ficción, para saber si está en vigilia, la mayoría de los monstruos sobrepasan las barreras que ha construido, Morfeo, al rey de lo onírico, lo sorprende a cada momento.
Las creaciones deformes y de gran poder cruzan todas sus barreras y lo sorprenden: Un Chou Chou gigante, se nota que los han sobrepasado de alimento, con ojos rojizos y saltones lo asalta en los cruces de toda esquina, el canino no ha logrado hacerle heridas, sin embargo arrastra su anciano cuerpo por toda la calle hasta su guarida; Perros callejeros de menor tamaño, sólo por solidaridad canina, se confabulan y ladran en derredor de Edbausambri e intentan morderlo. Todos los días, cuando la consciencia lo acompaña, con el fin de ganar su cariño, aunque sea, les lleva migajas de pan y pellejos, la situación no cambia.
El canino suelta su presa, algo lo atemorizó, acto seguido otra ventana de la oscuridad se abre y aparece una pitón de varios metros de largo y de gran grosor, arrebata la presa al Chou Chou y conduce a la víctima por oscuros túneles hasta sentirse segura, allí, en forma de espiral, abraza mortalmente al indefenso cuerpo e intenta quebrantar sus huesos, no lo logra; gira su cabeza y comienza imbuir, ahora es arrastrado hacía el estómago del anfibio, mira con temor irreductible los venenosos dientes hipodérmicos que se apartan para dejar espacio a que la pase la presa, yo.
Edbausambri se despierta y descansa unos segundos, no quiere volver a quedarse dormido. Ahora duda si despertó realmente, cree que sólo logró salir de un sueño en el que se quedó dormido y soñó dentro de ese sueño, para caer en otros sueños también espeluznantes,
De la profundidad a la que fue llevado arrastrado por la pitón, luego, de ser, como presa, robado al can; sin saber cómo liberó, comenzó a arrastrarme hacia una luz que observaba en la lejanía, una oportunidad para salvarse. Esta vez, algo atroz se apoderó de él, sintió que estaba casi pegado al piso y sólo avanzaba pequeñas distancias, milímetros tal vez, el Chou Chou y la pitón competían por ser el primero en capturarlo de nuevo. Como pudo, reptando, logró llegar al hueco por donde entraba la luz del sol; acto seguido, cayó por un precipicio sin fondo, mientras caía lamentó no haber aprendido a volar.
En el fondo del precipicio, en el que pensó que no llegaría vivo, una mujer de rostro enmarañado y sangriento estaba con una comisión de la policía para capturarlo, acusado de abusar de su fuerza física contra una indefensa y honrada mujer. Dos años después pudo regresar a casa, después de cumplir la condena impuesta por la cárcel y sentir, por si fuera poco, un nuevo miedo, que consumiría sus pocos momentos de felicidad y sosiego: ser acusado nuevamente y llevado a la cárcel.
Edbausambri cuenta a sus amigos y psicólogo particular que la pesadilla se repite noche tras noche desde que, por dárselas de valiente, auxilió a una dama de hermoso cuerpo, de carácter intenso y dominante, que lo llamó por teléfono para que la rescatara de un cangrejo que se había apoderado de la sala de su casa y ella estaba refugiada sobre el mesón de la cocina. Temeroso como siempre fue de los cangrejos, temor obsesivo, incluso les temía aún servidos en la sopa, Se hizo el fuerte, capturó el cangrejo con un envase plástico y lo llevó al río. Desde ese momento, comenta, el cangrejo lo persigue cada vez que se duerme, incluso de día. Corre y corre desesperado hasta donde está el Chou Chou, la única ruta de escape.
Dr. Edgar B. Sánchez B.

martes, 8 de agosto de 2023

NOMBRE PROPIO, NOMBRE COMÚN

 

NOMBRE PROPIO, NOMBRE COMÚN

La felicidad tiene diversos muros para ocultarse.

Disfruta sintiendo que la buscas, se oculta más.

Está en la danza que te proporciona la dama y te enseña a bailar.

Está en la sonrisa, cual tisú, que te extasía cada vez que comparte. La amo.

Está en la canción que proyecta el éxtasis de ser escuchado.

Está en el amigo que te invita a compartir.

Está en los aplausos sinceros que te apoyan en cada intento.

Está en el regaño, cuando hablas y no dejas escuchar.

La felicidad se llama viernes.

sábado, 29 de julio de 2023

LA CREACIÓN

 

LA CREACIÓN

Somos creación, en múltiples formas de panela

en momento preciso anterior

de verter la miel  en gaberas de única forma

con soplo de vida de anís y eneldo

en dosis exactas.

 

Somos de aliento puro

olemos a vainilla en melcocha

que se hizo amasijo por la frotación creativa

de manos artesanas que nos visitió

con hojas secas de caña.

 

Somos espuma de miel de trapiche

brotada por el golpeteo de leche al pie de la vaca

 

Somos forjados con arepa de maíz al calor de la estufa

saborizada con boruga  y bramidos de leña.

 

Somos caña de azúcar salvada de la culebrilla

Cortada en trozos para ser transportadas en nobles mulas.

 

Somos de la fuerte simiente alimentada por neonatos de palomo

Que arrullaban en nidos en la pared de la cocina con vista a la falda.

 

Somos arroz tostado, arepas al budaré rellenas de queso

Somos amasijo, llamado mico, trituras de cambur verde sancochado

Mezclados en la piedra del queso.

Somos arroz con leche y sal, en desayunos al alba

momentos de festejos en los cumpleaños.


Somos el Cedro de robustez de lo sostenible, Monte Fresco de paz familiar

Quebraditas de las eternas búsquedas, San Isidro por el tesón a la labranza y 

Orope, Oropel de la  esperanza

La Arenosa de sembradíos temporales para lo sustentable


Somos finca, somos San Isidro, somos el parque

Con caracuchos, novios, amapolas, mamón y guácimo.

Somos Tizú, 

 

Edgar B. Sánchez B.

lunes, 24 de julio de 2023

OTILIA UN PERSONAJE PARA LEER

OTILIA UN PERSONAJE PARA LEER

Habitar a una persona, es algo así, como los hijos ocupan a la madre, ella por doquier esté, piensa en ellos y se organiza para crear espacios en los que ellos, sus hijos, pudieran encontrar felicidad.

Otilia nos ocupa y nosotros la ocupamos. Siempre la ocupamos cuando deseamos momentos de esparcimiento, a los cuales estaba disponible sin condiciones y porque ella nos pensaba en su amor cultivado por la familia.

Nunca nos llamó por algún medio de comunicación de la modernidad, sin embargo el llamado de sus pensamientos y su disposición para compartir, discaba días de asueto para que ocupáramos espacios de su ocupado pensamiento.

Otilia nos ocupa, por cuanto pensamos en ella como soporte fundamental, el cimiento desde el cual crecimos y somos. Nos ocupa, porque siempre está en nuestros pensamiento y organizamos energías para contribuir, como consciencia colectiva, a la elevación de plegaría para la recuperación de su salud. Otilia es dadora como la naturaleza y la naturaleza la recompensará.

En este momento, nuestra hermana mayor, nuestra tía, mamá y abuela, requiere que ocupemos, para ella, algunos espacios de nuestro vivir para realizar aportes que contribuyan a sustentar su salud.

Recordemos: Otilia nos ocupa y nosotros la ocupamos. Ella es así.

martes, 18 de julio de 2023

VIAJERA DEL RIO

 VIAJERA DEL RIO, audiencia extraordinaria

Viajera del Rio, es una de las canciones paisajistas, de hermosura espectacular, de nuestro país Venezuela. Ciudad Bolívar con Manuel Yanez se vistió de Bardo y acogió las incontables semblanzas de nuestro realismo mágico, al más fino estilo de: García Marqués, Horacio Quiroga, Juan Rulfo, Antonio Pérez Bonalde, por nombrar algunos. Frases como: “paseando una vez por el malecón”, “una flor perfumando al río”, “ni que fuera un mago para retener la fuerza de río”, “el arcano tiempo la alejó de mí”, “y vuelvo a ver mi flor” llenan de líneas melódicas, como dibujos oníricos, sobre la magno Orinoco y la Eichhornia crassipes (lirio de río); son, a mi modo de ver, ligamentos de excelsa oniricidad para expresar la añoranza del otoño hacia la primavera, en las edades humanas. Cada una hermosa al saberlas recorrer. Desde el Balcón, de los ochenta y más, se ve la juventud turbulenta llena de coloridas flores, cual río, con la mensura propia de los que la han vivido en saciedad, deseosos de  tributos de magia para, sin perder lo hermoso que brinda el otoño, retener lo más que se pueda la primavera de nuestras vidas y volver a mi flor.  Cito “Por eso en mis sueños, cuando le recuerdo… siempre voy al malecón” 

La Oportunidad se me dio de cantar, tan bella reliquia, ante el escenario de la Tertulia de Alejor. Todos los asistentes, médicos en su mayoría, cantaron al unísono, a baja voz, como buenos karaokeros, las frases de Manuel Yánez dedicadas al caudaloso Orinoco.  

Dr. Edgar B. Sánchez B.

miércoles, 12 de julio de 2023

100 con 100 (ecuaciones diofánticas)

100 con 100 (ecuaciones diofánticas)

Se desea comprar, con 100 bolívares, 100 animales; entre ellos: gallos a 5 Bs., gallinas a 1 Bs.   y 20 pollos/ bolívar,   ¿Cuántos animales, de cada uno, se puede comprar?

Solución: G cantidad de gallos, g de gallinas, p pollos.

G+g+p=100 Ecuación de cantidad de animales.

5G+g+p/20=100 Ecuación de precios, multiplico por 20, ambos lados para transformarla en diofántica, y que exige coeficientes naturales.

Cantidades G+g+p=100, precios  100G+20g+p=2000, Resto la primera de la segunda y nos queda: 99G+19g=1900.

Ahora se despeja una de ellas, lo haré con g.      (1900-99G)/19=g

g tiene que ser un número natural por cuanto es la cantidad de gallos, puede ser: 1, 2, 3, ……. Lo haré con g=1. 

(1900-99g)/19=1, equivalente a: 1900-99g=19, equivalente a:  1881=99g, de donde, para G=1, se tiene que g=1881/99=19.

Ya tenemos, para esta solución, una gallina, 19 gallos, por lo que serán 80 pollos.
Verificación

1+19+80= 100 cantidad de animales.  1*1+19*5+80/20=1+95+4=100
En caso de que haya otras soluciones las dejo al lector.

 


viernes, 26 de mayo de 2023

LÚGUBRE

LÚGUBRE

Estoy declinando mi lúgubre voluntad
Lúgubre el camino desde mi habitación
Lúgubre el agua
Lúgubre el inclemente sol que cubre el techo de teja
Lúgubre los relatos que protestan
Lúgubre, lo que llaman proceso
Todo está lúgubre,
Lúgubre las limosnas en bolsas
Lúgubre el silencio
Lúgubre la palabra lúgubre
Soy lúgubre, no protesté
Lúgubre el abismo en el que estamos
Pronto lo lúgubre será arrancado.
Dr. Edgar B. Sánchez B.

lunes, 8 de mayo de 2023

LOS CHAMOS DE LAS MOTOS

 

LOS CHAMOS DE LAS MOTOS

La palabra chamo, en Venezuela, es usada para signar la edad entre, aproximadamente, 12 a 16 años. Sabemos que cuando se es chamo el compartir con los amigos es una de las metas principales, algunos adultos no han superado esta cualidad. Hay sesentones que no superaron la etapa y en sus años dorados, años otoñales, regresan a ella con nuevos bríos y ventajas (entre otras, ausencia de control parental) y con  hay ahorros para gastar y compartir. Bueno todo esto antes de la debacle a las que se sometió el símbolo monetario.

En años pasados, no indico la década por cuanto algunos les molesta el cotejo de la edad, existió en Trujillo capital un grupo de motorizados adolescentes, es decir chamos, formado por: Piroco, Cuco, Redondo, El Pio, El Catire, La Becerra, La Trampa, El Catire, Pirupa, todos ellos con moto propia lista para la aventura y recorridos por territorios aledaños a su pintoresca ciudad incrustada en las montañas con cabañas cual devoto pesebre.

Les gustaba, en grupo total, ir a las playas de: Palmarito, Ceuta, Bobures, La Ceiba y otras, también incluían Cimas como Guirigay, La Cristalina, Ortiz, Loma del Toro, La Ciénega, Cabimbú, La Quebrada, Jajo, La Mesa de Esnujaque, Tuñame, El Águila, Piñango, Las Mesitas, Niquitao (pobladores de altura en lengua Kuika).  Sin embargo, algunas aventuras  no fueron completadas por cuanto algunos se les olvidaba el casco reglamentario para conducir motos, como es el caso de un paseo frustrado, para algunos, hacia Palmarito en la que sólo la mitad lograron disfrutar las lacustres aguas y consumir pescado en las orillas de lago de Marcaibo. Sin embargo, el grupo que no se les permitió pasar en alguna alcabala improvisada de guardia nacional esperó a los demás en un centro de festejo habilitado en la zona de la ruta de regreso.

El efecto positivo que tuvo esta agrupación en todos sus miembros es notable. Ahora, treinta y cinco años después, los vemos con: boutique para carnes, hospedajes para repuestos, clínicas para teléfonos, entre otros servicios vitales para la comunidad en las que viven.

Entre tantas aventuras realizadas resalta, por su sorpresivo desenlace, la ocurrida en el río San Lázaro, teniendo como escenario un suculento sancocho. Quince días antes del evento, se reunieron en la plaza Bolívar de la Ciudad capital, acordaron los aportes que llevarían cada motorizado y sus parejas, incluyendo: envase de refrigeración, Olla de aluminio con capacidad de 50 kilogramos, leña para la flama, verduras, carnes de tres tipos y hojas verdes para agregar aromatización al hervido en los minutos finales de la cocción. 

Al llegar a San Lázaro, población, malecón del río homónimo, libaron por un rato largo, en uno de los establecimientos locales, para no agotar las reservas que llevaban en sus sistemas de enfriamiento y así esperar que los efectos del astro rey se sintieran a cabalidad.

Llegado el momento asumieron el trecho final. Las cristalinas y gélidas aguas fue un carburante benigno para cumplir sus deseos de aventura, se lanzaron al agua y disfrutaron el tormentoso torrente  por un largo y excitado momento.  Menguado los efectos de la libación en el pueblo, se organizaron para alinear las topias que soportaría la gran olla y serviría de aislante para el fuego cuyo combustibles era leños de naranjo y limón, los mejores para tales efectos.

Una señora que allí estaba ofreció su fogata con amabilidad exagerada, aduciendo que su preparativo ya estaba listo para consumirlo.

Ni cortos ni perezosos, aceptaron la oferta. La fogata estaba vestida de colores candentes con rojizos destellos mejorados con los leños que disponían. Montaron la olla con suficiente agua, prepararon las verduras, que iban agregando a la cocción por etapas y previamente lavadas en las corrientes aguas, etapas en perfecta alineación en común acuerdo las durezas respectivas. Habilitaron los envases para las hojas verdes y dispusieron los frascos de vidrio debidamente etiquetados con las especies que daría el toque final al prometedor preparativo. La faena duró aproximadamente tres horas. El envase de refrigeración lo sumergieron en el agua para preservar la baja temperatura, pop, pop era el sonido que emitía al retirar las pequeñas y corrugadas tapas.

Cuando se disponían a organizar la platera para servir las respectivas y equitativas porciones, desde el público presente en el rio emergió la que otrora fuera la amable señora que les cedió la fogata, con gritos desesperados anunciando que unos bandidos le estaban despojando de sus vienes: “ayuda, ayuda, me están robando la comida, ayuda por favor  se van a comer el alimento que preparé con tanto esfuerzo para de mis hijos”

Los bañistas hicieron presencia en apoyo a la astuta mujer, piedras asertivas cayeron sobre los motorizados y sus compañeras de farra. Hubo de huir por el temor de ser lapidados. Dejando todo el herraje en el lugar de los hechos.

Con el tiempo recibieron información que a otros visitantes les ocurrió lo mismo. Eran una banda organizada para robar sancochos y utensilios. La comunidad de organizada de San Lazaro les hizo frente para que no regresaran jamás.

Dr. Edgar B. Sánchez B.

Ana

 Aunque conocemos desde otrora la capacidad de las cámaras fotográficas para capturar la realidad con todos sus detalles, no deja de sorprender esta iconografía, donde la gracia, la elegancia y la belleza en su natural esplendor es capturada para inmortalizar lo hermoso, que por cierto hoy está de cumpleaños, Dios la bendiga. Cuanto agradezco a la naturaleza por haberme dado la gentiliza de disfrutar su magnifica sonrisa y encanto total, en vivo, todos sabemos que se siente con más presencia. Soy admirador de lo que es encantado y que viene para hacernos sentir bien. Mil abrazos Ana.

lunes, 24 de abril de 2023

UNA DAMA VESTIDA DE BLANCO (corregido)

 

UNA DAMA VESTIDA DE BLANCO

Cuando uno de mis hermanos estuvo hospitalizado en el central de salud de San Cristobal, Táchira, Venezuela, yo, dado el evidente cansancio físico de sus hijos, ofrecí quedarme una o dos noches, para acompañarlo, José Antonio, mi otro hermano, fue conmigo la primera noche. Lo hice, con sumo agrado, por cuanto, el que ahora requería cuidados, fue apoyo sólido para que yo logrará mi proyecto personal.

En el transcurrir de la segunda noche,  lamento no haber acompañado más, el agotamiento hizo presa de mí. A las dos de la madrugada bajé hacia una habitación del mismo hospital, que estaba disponible para el descanso, mi hermano la ocupó antes de la intervención quirúrgica desde la cual pasó a terapia intensiva y no salió de allí.

Esta habitación quedaba a seis largas escaleras en forma de espiral con igual número de pisos abajo del destinado para la terapia oncológica intensiva. Ubicada en un ala del hospital en la cual eran atendidos los pacientes que por sus posibilidades podían apoyar económicamente al centro de salud. Por cierto, los trámites para el ingreso, a este tipo de atención, fueron facilitados por el médico que lo operó catorce años atrás en su primera lucha contra el Cáncer.

Quien haya estado como acompañante en un ambiente hospitalario entenderá a profundidad el agotamiento que genera, sobre todo si sus recursos económicos son limitados. Allí, en ese espacio para el logro de la salud, brotan, de los acompañantes, en forma natural silenciados llantos y lamentos continuos y solidaridades que brotan de manera espontánea. La atención que nace para apoyar un ser querido se fortalece, sin embargo pronto cobra su precio al cuerpo.

Con marcado estoicismo, mi hermano enfermo, pasó sus últimos días. Es de hacer notar, que mantuvo su ecuanimidad ante la frontera indeleble de la vida y del mundo paralelo. Se mantuvo sólido cual roca del más fino cristal. Emuló acrecentado su acostumbrado tesón, tal como fue su tránsito por la familia y por la comunidad de vecinos que tanto respetó, formó y educó. Recibió entusiasta y desinteresado apoyo de los vecinos de la comarca en la cual vivía. 

Debo destacar, que la vivencia de acompañarle fortaleció los cambios deseados a mi personalidad;  para bien por supuesto. Tuve la oportunidad de ser su punto de apoyo en un merecido baño a su maltratado cuerpo, ante improvisados depósitos de agua y lograra refrescar la acostumbrada limpieza de su cuerpo que ya se preparaba para permitir el vuelo, cual águila, hacia mundos que sólo imaginamos.

Mi hermano fue así, siempre firme, siempre amable, siempre resiliente, siempre preparado para afrontar los retos y dejar con ellos un ejemplo a seguir.

El piso oncológico ya comenzaba a sentir el abandono gubernamental, las puertas rechinaban con ruido estruendoso, no había agua por las tuberías, todos los insumos había que comprarlos y la habitación de descanso para los familiares de los enfermos lucia deteriorada.

LA EXPERIENCIA

Me he alejado, por la emoción de relatar sobre mi apreciado hermano, del propósito inicial del relato. Expresaba que, a las 2 a.m. decidí transitar las escaleras desde el piso oncológico hasta el segundo.

En la ruta encontré una enfermera con atuendo de reluciente blancura, que acompañaba con una sonrisa que llenaba su bello rostro de excelsa alegría. En sus manos el equipamiento usual para aplicar tratamientos hipodérmicos.

Me sentí acompañado, no es fácil caminar solo, al menos no para mí, tengo una imaginación sin control alimentada por cuentos de terror de los obreros de la finca en la que me criaron, caminar por las escaleras de un hospital a las 2 a.m. es productor de imágenes que hacen que los pies tiemblen en cada paso que se dé en anchas escaleras  de escalones fieles a los estandar propuestos por los manuales de ingeniería, desde cuyos bordes se puede mirar hacia la profundidad iluminada a diez pisos más abajo.

Dormí con profundidad.

Al otro día, ya avanzada la mañana, subí de nuevo al piso de cuidados intensivos, allí con rostros atónicos estaban los acompañantes de los otros pacientes. Yo estuve presto acompañar en búsqueda de medicamentos sugeridos por los médicos para el tratamiento oncológico estomacal.

Me preguntaron, a boca de jarro, que experiencia tuve de mi inocente y osada travesía, por las escalera, en la madrugada de esa mañana. 

- ¿A qué horas bajó?

- Respondí, a las dos de la mañana

- ¿Viste a alguien en la escalera?

- Si. Una enfermera que subía a dispensar un tratamiento médico.

Todos intercambiaron miradas.

El interrogante prosiguió.

-A esa enfermera, todos los que hemos bajado de madrugada, nunca solos, no somos capaces, la vemos que sube.

- Dicen que murió, hace aproximadamente diez años de un infarto, en el preciso momento que aplicaba un tratamiento oncológico. Narran, los que relatan las experiencias de los que la conocieron, que fue muy responsable e incansable en su trabajo y que sube a concluir el último y que lo hará por siempre por cuanto el paciente que atendía murió una hora después.

-El espíritu quedó errante- comenta una segunda persona.

-De haber logrado terminar, el tratamiento, el paciente atendido se hubiese salvado- agrega un tercero.

-He escuchado que todo aquel que la ve se calmará de alguna dolencia de la que esté padeciendo -concluye un cuarto hablante.

-Nunca bajaré solo, menos a esa hora- cierra un quinto.

Luego, superada la impresión, acompañe  a los que buscaban el tratamiento a un centro de abastecimiento de insumos médicos, en su vehículo, color verde, creo, en el que el compró las bolsas contentivas de los nutrientes para la distanansia. 

Veinte años más tarde, cuando me aventuré a escribir este relato, solicité detalles y me comentaron que los otros miembros de la familia también la vieron, cuando bajaban las escaleras, aproximadamente la misma hora. La cofia que lucía, la enfermera nocturna, poseía la pequeña cruz roja, aditivo que diez años atrás se había dejado de usar. Para mi sano juicio, doy gracias a mi desconocimiento histórico de la vestimenta. De saberlo hubiese corrido despavorido y de seguro no sería yo el que cuenta este relato.

Edgar B. Sánchez B.

GUARDIANES AL ACECHO

 GUARDIANES AL ACECHO

San Jacinto es un pueblo, que pertenece a Trujillo, estado Trujillo, cuenta con una población aguerrida a sus costumbres y a  su historia. Los vecinos hablan con orgullo sobre Miranday (donde reposan los espíritus) que otrora fue un centro nocturno donde los músicos se daban cita, entre ellos Laudelino Mejías, autor de la mundialmente conocida pieza musical  “Conticinio” (el momento de mayor silencio en la noche). Posee: mercado municipal, una agropecuaria, casa de policía, prefectura, Iglesia, plaza central con estatua de Monseñor Carrillo, dos puentes vehiculares y peatonales para cruzar al otro lado del Rio Castán, Una bomba de gasolina, un ambulatorio, varios puntos de comida y lugar de encuentro de cantantes de karaoke, entre los que destaca “La tertulia de Alejor” con su pescado y pollo a la broster y las noches de los viernes y sábados en las cuales podemos escuchar interpretaciones de excelentes cantantes, que se dan cita en este karaoke incentivados por la atractiva personalidad de sus dueños anfitriones, también está el karaoke "la Morena", hay dos vías que conducen a páramos distintos: La Cristalina y Ortiz, una buen número de canapiales y una veintena de perros caseros que prefieren vivir en la calle.

Los perros se han apoderado de algunas de las calles, la defienden con tesón, ladridos y dientes; toda la jauría se agrupa en torno al líder a la menor señal de alarma. Son perros de mediano tamaño con peso máximo por cuanto están bien alimentados.

Antonio delgado es uno de los pocos que puede transitar la calle “del poder” sin temor a los aullidos de emergencia, toda la jauría se abalanza sobre él para mostrarle aceptación y cariño, sus colas son molinetes en su presencia. En esos momentos de encuentro especial entre Antonio y los canes, sugiero a todos sus amigos, no acercarse a saludarle, quienes lo han intentado son testigos que los ladridos cambian a una tonalidad agresiva y todos lo repiten al unísono.

La puerta de la casa de Antonio emite un sonido inaudible, para el humano, cuando se abre, sin embargo todos los que estemos en las cercanías, sobemos que el dueño saldrá a recibir las luces del alba; los perros perfilan su atención y sus cabezas las orientan hacia su casa.

Siempre veremos a Antonio Delgado, con pesadas bolsas contentivas de retazos de ganado vacuno, aviar y porcino; su casa huele a sabrosos sancochos cocidos a leña de naranjo y limón, con su olor los perros entran en letargo de plácemes, están seguros que se prepara el manjar para la nostra ora. Habrá suficiente para todos.

Antonio Delgado es un biofilo, con suficiente madures para no caer en el síndrome de bambi, su compasibidad y defensa se activa cuando escucha el gemido que emite algún perro al ser pateado por un transeúnte no deseado, Antonio va un paso más allá sin pasar el umbral, dice: todo ser vivo debe autodefenderse. Sin embargo su rostro se llena de angustia cuando escucha un síntoma de maltrato.  No acepta el falso lenguaje inclusivo de que los perros son familia y como consecuencia los hijos de estos ejemplares cuadrúpedos son nietos. Lo considera una horrenda abstracción facilista construida por una sociedad indolente que genera vocablos y situaciones proximistas con el fin de ocultarse y apoyar la indolencia.

Los Perros de San Jacinto, se han trasformado en guardianes de sus pobladores. Ahora más, pues los ambientes nocturnos han crecido, los que disfrutan de noches de farra, saben que la frontera sensible entre el disfrutar e el ir más allá, está, como guardianes al acecho, protegida por: Guadalupe, Marbella, Negro y La marica.

Todos sabemos que los perros son territoriales, Kaicer controla las cercanías de parque Román Valecillos, en la vía que conduce al páramo De Ortiz, dos compañeros de género le acompañan. Yo, particularmente, tuve que obsequiarles galletas, trozos de pan, arepas hechas en casa, para ganar algo de aceptación, ahora son mis amigos y salen a saludarme cada vez que frecuento el lugar. El territorio de Kaicer es distinto al de Guadalupe.

Es tal la afición cariñosa que tiene la comunidad con estos compañeros de vida que recuerdan los nombre de generaciones pasadas, entre ellos a: Coralmin de Ramón Terán, Fusil de Atilio Parilli, Nerón de Antonio Pacheco, Nei de José La Paz, Tigre de Pablo Barreto, quien esperaba a que Don Pablo abriera el portón del garaje para salir y morder a todo aquel que se acercara a la unidad de transporte; como olvidar al perro Lazo de Ricardo Núñez y Gasofia que se subía a todos los carros cuyo dueño le mostrara algo de cariño.

 Dr. Edgar B. Sánchez B. 

jueves, 13 de abril de 2023

PINCHOS

 PINCHOS

Para quienes no son venezolanos, la palabra pincho es usada en mi país, para signar un sabroso preparativo, muy oloroso y aliñado, que se vende al público, por lo usual, en los festejos patronales. Es carne anclada a un fino trozo de madera de punta aguda, acompañada de papa o yuca, que al fuego directo es abrazada.
En mi ciudad es costumbre que las fiestas se realicen alrededor del estadio que está alejado de todo poblado, el cual se encuentra en las afueras y cuenta, a su favor, con dos vías de cuatro canales vehiculares, más otra que conduce a un nuevo centro habitacional que se ha ido desarrollando en la parte superior y que, usualmente, denominamos el mirador.
El estadio es un escenario creado primordialmente para el béisbol, aunque en su perímetro, en forma de círculo, se practica otros deportes, entre ellos, la caminata. Desde la distancia, sobre todos desde las cimas turísticas, el estadio, para los de imaginación, se parece la cabeza de un ave que desea emprender el vuelo hacia otro mundo y regresar de nuevo a su lar nativo.
En los momentos en que en el derredor del estadio de llena de fiesta y golosinas, la carne asada en pinchos hace su olorosa presencia. Beco es el nombre de unos de los personajes que es atraído por la delicia del pincho. Se acerca con un ramillete de perros que le acompañan amarrados a su cinto, con la esperanza que sacie sus hambrientos estómagos.
Los que comen los sabrosos pinchos de vez en cuando brindan migajas de carne a los perros de Beco, sin embargo, se extrañan, que a pesar de lo hambrientos que están los animales, sólo huelen el brindis, no lo consumen.
Beco es famoso en la comunidad de consumidores de pinchos por estar siempre acompañado de una jauría de al menos nueve especímenes, lo extraño es que al día siguiente pasa con otra jauría distinta de la anterior.
Una característica resaltante del señor de los perros, es el consumo excesivo de carne. Allá en la curva donde vive, en un improvisado rancho de paja y zinc, al borde de la carretera trasandina, en la fría montaña, mirador de la ciudad principal, siempre hay, en el improvisado fogón de leña, una olla de diez litros de capacidad en la que se cuece un sancocho de verduras de la zona con abundante carne de costilla y osobuco.
El olor se esparce por todo el ambiente y la imaginación delirante de los que por allí transitan, se hace eco de incontables relatos sobre el contenido del cilíndrico envase con tapa y agarraderas que burbujea sobre la fragua. Los perros amarados al horcón cercano se mueven nerviosos, con ladridos que más bien parecen llantos, en su vano intento de escapar. Sus finos olfatos no soportan el olor que emite el almuerzo de Beco.
Por la mañana de todos los días, el ladrido de los perros deja de escuchase, la comunidad es testigo que todos los días Beco baja al pueblo, sobre todo cuando el estadio está de fiesta, cargado con un saco de cabuya tejida, que con esfuerzo sostiene en su espalda anclada a su cabeza. Por las tardes todos se enteran de que Beco va subiendo a su rancho por el aullido lastimero de los nuevos peros que le acompañan.
La comunidad en la que vive Beco, lo tienen por hombre loco y peligroso, él lo sabe y le conviene. Usa el pánico que su presencia imparte para robar hortalizas para sus sancochos en los predios cultivados. Por plena vía trasandina se desplaza con cambures robados.
Cuando Beco murió, su ausencia fue percibida, por cuanto el olor de su cuerpo en descomposición competía con el de los perros muertos por sed e inadmisión amarrados al horcón del sacrificio.
La comunidad a la que Beco pertenecía prohibió el consumo de pinchos, hasta determinar si una extraña afección aparecida pudiera tener como precedente el consumo de tan sabrosos presentes de feria.
Sin embargo, la prohibición no era necesaria, los relatos sobre Beco y los perros que lo acompañaban, se hicieron famosos por sus propios medios, por mucho tiempo, la comunidad dejo de consumir comida rápida que llevara carne. Incluso dejó de asistir a un restaurant que al perder su clientela se vio obligado a cerrar sus puertas.
Dr. Edgar B. Sánchez B.
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Benilda Cova, Miguel Manzanilla y 4 personas más

miércoles, 8 de marzo de 2023

HABLAR DE LA MUJER ES HABLAR DE DIOS

 HABLAR DE LA MUJER ES HABLAR DE DIOS

Cuando uso la palabra Dios señalo con ella la perfección, la conciencia colectiva capaz de alcanzar todo lo que se proponga, claro está en sublime contemplación y consciencia, momentos en que la totalidad de la humanidad y posiblemente otros seres vivos se proponen un fin teleológico y contribuyen con ello con la naturaleza creadora de todo lo existente.

Jules Michelle acertó con: “El hombre caza y lucha. La Mujer intriga y sueña; es la madre de las fantasías, de los dioses. Posee la segunda visión; las alas que le permiten volar hacia el infinito del deseo y la imaginación. Los hombres son como los dioses nacen y mueren sobre los pechos de una mujer” agregaría yo, sobre los pechos de una diosa.

La mujer, más bien la fémina, es una diosa en esencia, en ella está el germen para crear cuando lo desee, sólo tendrá que esperar el momento oportuno y como diosa lo hace con precisión. Mujer, diosa, esposa es la trilogía que todo lo puede y alcanza. Dice Ken Wilber, autor de una visión general de la psicología: “el sistema operativo del universo funciona para todos por igual y opera con bases a principios que no requieren de tu cooperación” todo eso es una mujer.

Feliz este y todos los días mujer hermosa.

Dr. Edgar B. Sánchez B.

miércoles, 8 de febrero de 2023

LAS MALETAS DE LOS SUEÑOS

 LAS MALETAS DE LOS SUEÑOS

Las maletas que se  sacan a pasear los primeros segundos del inicio de un nuevo año, cargadas de un sinfín de sueños y frustraciones, se han hecho cómplices y guardianas de los que siguen esa nueva tradición. Aunque en ella cabe todo lo que desees echar, se ha hecho imperativo pensar bien el contenido que deseamos enviar o traer de viaje.

Soy del creer que la conciencia colectiva, es el intangible más puro y poderoso que existe, lo omnisapiente, lo omnipresente, lo omnisensible, la que todo lo puede. Hacernos conscientes de lo que deseamos es la prioridad de la vida, todos al unísono, al lograr proyectar un deseo y hacerlo escuchar, la naturaleza se confabula con el universo entero para que se dé.  

Es conveniente meter en esas maletas el retorno de nuestros hijos que se han visto obligados a migrar, con una estampa de pobreza en la frente, a otras latitudes en búsqueda de oportunidades, pues las de nuestro país Venezuela fueron secuestradas por los saqueadores. 

Es prudente guardar,  en las maletas de sueños, todos los años de formación racional recibida desde los otrora centros de estudio de alto nivel académico y de las instituciones de formación práctica-empírica; para así ofrecerlos a los países huéspedes como el contenido en una taza de oro macizo. 

Por demás, con tiempo, es conveniente guardar en esas maletas de aliento de viaje, aunque sólo sea alegórico, todos lo que nuestros hijos y padres migrantes han aprendido, para que viajen a nuestra patria Venezuela, en el momento en que la desgracia que nos impusieron sea demolida, y se transforme en oportunidades para nuestra golpeada patria. 

Incluir en esas maletas todo lo panegírico, pues de nosotros vendrán los poemas que describan la saga de los viajeros a causa de los saqueadores. 

Que la pequeña maleta de pandora, la que trajo como regalo a Prometeo, no sea ejemplo para el llenado de las nuestras. Que las propias se carguen de bienes espirituales y prácticos y, por qué no, que la esperanza sea también uno más de esos bienes. 

Que las maletas de retorno sea las que traslademos por las calles, ya habrá oportunidad de llenar las otras. 

Dr. Edgar B. Sánchez B.