REFLEXIÓN EN NAVIDAD
Siento que el discurso navideño está agotado, aunque, por lo
hermoso, es bueno repetirlo tantas veces como sea posible. La navidad es nacimiento
en espíritu, es permitir que el ser interior, normalmente encarcelado, aflore
con libertad y albedrio hacia el bien. La búsqueda que más resalta es la
familia unida.
En el espacio que más comunica la casa con la vía principal,
es el escogido, para organizar el círculo para el momento de los abrazos de
feliz año. Además, desde allí, todos los
vecinos amigos, tendrán la oportunidad de entrar y dar las buenas nuevas.
Los preparativos al horno se fortalecen en sabor, mientras
se espera la familia que llegará después de las 12, en los primeros momentos de
año nuevo. Ellos reciben la buena nueva en la casa grande, la casa que siempre
estará en los sueños, la casa del gran trapiche de la dulce miel.
Las hallacas visten la paila de la cocción, el agua sobrante
ya fue liberada, nadie las toca, es la comida del año nuevo, para luego de las
doce campanadas. La matrona dirá cuándo empieza el rebullicio del servir la
gran mesa de madera que en otros momentos es parte de los utensilios para el
diseño de los vestidos de novia.
Las muchachas, vestidas de fiesta, engalanan la casa de la
abuela y los pretendientes entran, usando como excusa, a saludar a la familia y
a la feliz guía de familia. La negra bella, la fina Barbie, la siempre alegre
pero recatada está allí, la de los gritos de encanto de vez en cuando cambia el
ritmo y las hijas de la flor del jardín de San Isidro, son el centro de
atención.
En otro lugar distante, en la casa de Las Uvas del Tiempo,
se reparten regalos a los niños de la fiesta. Tradición que se hizo fuerte y
trajo alegría decembrina a los que asistíamos a ella.
Un poco más allá, donde llega el olor del mar, la gran
familia, en la que la mayoría son hombres adornados por dos damas, se reúnen
bajo de gran árbol de mamón y la sutil presencia de la dama que gobierna
siempre sonriendo.
Deseo que todos esos ambientes se emulen por doquier que
estemos y que la navidad nos arrope a todos.
Feliz navidad: Edgar B. Sánchez B.