SOLO PARA SER INTERPRETADO METAFÓRICAMENTE
La pasión desmedida puede
llevarnos a casamientos irracionales y destructores. Así es la ilusión. Al darnos cuenta que fuimos
enajenados: moral e intelectualmente, recurrimos al divorcio. El demandado se
resiste, por cuanto se ha acostumbrado a tener el poder de la manipulación.
Logrado el divorcio se inicia el
penoso camino de reconstruir. La mayoría está por debajo del piso y requiere muchos
años de esfuerzo para llegar a la base donde estaba antes de iniciarse el
matrimonio. Los hijos sufren la pena de los errores y la desvergüenza.
Dr. Edgar B. Sánchez B.
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