lunes, 13 de junio de 2016

MI PRIMARIA

MI PRIMARIA

Estudié primaria en un campo tachirense, en la época en que se construía, hacia Palmares, la vía vehicular; Escuela Nacional Graduada Nª 5; aún viajábamos por caminos de recuas cargados de silvestres pomarrosas, nísperos y naranjos; en el examen para graduarme de primaria hubo tres jurados, escogidos de escuelas vecinas, pues no era valido constituirlos con maestros de la misma escuela. Una de las preguntas que se me hizo ¿cuáles son los países que conforman la OPEP?, la organización impulsada por Juan Pablo Pérez Alfonzo, 1960 ( Alfonzo con z es un apellido), claro debía recordarlo había sido fundada diez años antes y era orgullo para los venezolanos. Una de las impresiones que me molesta, más ahora, en esa época no lo era tan común, es que, haya la creencia negada, que en las escuelas de campo, cualquiera puede dar clase, y se escoge, al deformador potencial, con el dedo de una organización partidista; no importa, ¡dicen!, le exigiremos, en el contrato, que estudie, y se hará buen docente; resulta que se jubilan, muchos se incapacitan, y no se gradúan; tiene sentido, tienen la zupia de lo político aplicado a la educación. Razón por la que las normas elementales de ortografía, que se inician desde primer grado no llegan a los niños campesinos, ¡a los poblanos tampoco!; pareciera que en la interioridad del deformador se repitiera: las mulas se pueden arrear con horrores ortográficos y la maleza se corta sin el Canto General de Neruda.
Edgar B. Sánchez B.

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