domingo, 5 de mayo de 2013

EL NIÑO GENIO DE MONAY

EL NIÑO GENIO DE MONAY

Rafael es un personaje, capaz, cuando descubre alguna debilidad en sus amigos, magnificarla a tal extremo, que si está presente el aludido, planificará con seguridad, sin ejecutar acción alguna, caerle a batazo limpio para quitarse de encima tamaña molestia.

Dice Rafael que un amigo suyo, apodado “El niño genio de Monay”, que cuando realizaba estudios de maestría en Maracaibo, colisionó su destartalado vehículo con otro propiedad de un maracucho, acostumbrado al lenguaje refinado, bajó para hacer el reclamo con las siguientes palabras, cito;

--“Ciudadano, habitante del sol amado, debemos entrar en diálogo, para acordar arreglos económicos producto de los daños ocasionados a mi unidad móvil luego que lo haz colidido” a lo que el maracucho respondió, cito:

--“que colidido y que colidido del coño, le acabo dar un coñazo, quite esa porquería de ahí que debo llegar al trabajo, si no lo hace, lo empujo con mi camión y el daño será peor”.

-- No es necesario las palabras obscenas,

replicó “El niño genio de Monay”, -nosotros los andinos arreglamos las cosas con la mayor decencia posible.

-- Vergación –, contestó el maracucho. -- está muy bien, pero quite esa verga que yo no soy andino.

Esta anécdota la ha contado Rafael, en infinidad de lugares, en presencia del “El niño genio de Monay”-, o sin ella, agregándole; ironías, sarcasmos o cinismo, sin que el aludido personaje tenga forma de quitarse de encima tamaña molestia. “El niño genio de Monay”, aprendió a soportarlo para compartir con él algunos momentos de fiesta, comida y vino, en las que baila al son de un pasodoble, imitando las poses de un torero en plena lidia de San Sebastián, en la ciudad de la cordialidad; o ferias del Sol, en la ciudad de los Caballeros; a las que acostumbra ir.

“El niño genio de Monay” es bajo de estatura, en este momento que ronda los sesenta y cinco años, su aspiración de altura está satisfecha en 1.55 centímetros. Él expresa, con léxico rebuscado, que jamás ha necesitado ser más alto y que siempre ha sido acompañado de hermosas damiselas.

Cuenta Rafael, en una fiesta con dominó, a la que asistimos unas cuarenta personas, que “El niño genio de Monay”, en sus parvulidad, niño menor de cinco años, fue considerado como tal, como “niño genio” por su capacidad interpretativa, léxico de altura, memoria prodigiosa, casi eidética y, voluntarioso para ayudar a resolver la problemática de la comunidad, en la escuela cuando cursaba primer gado.

Dice Rafael, que era adorado casi en el mito, por sus maestros, compañeros de estudio y los padres de los niños. “El niño genio de Monay”,  enaltecido por los halagos que Rafael le prodigaba, escuchaba con beneplácito, pues veía que todos los presentes estábamos atentos al relato. Incluso, a este personaje, acá presente, exageró, la comunidad le construyó una plaza con una pedestre en la que un niño se ayuda de una banca para parecer más alto y así ser visto por la multitud que le aclama, con aplausos sus discursos acostumbrados: “El niño genio de Monay”,. “El niño genio de Monay”, “El niño genio de Monay”.

 

Rafael acostumbra, cuando tiene audiencia, extender sus relatos, con incisos sarcásticos, que hacen reír a cualquiera, incluso al propio “El niño genio de Monay”, que goza con la maldad del narrador de la historia de su vida.

 

Un día de tantos “El niño genio de Monay”, le rogó a la Mamá que lo dejará ir a Trujillo, ciudad cercana, a comprar algunos enseres para la escuela. La madre, que estaba orgullosa de él, acertó; estos materiales que desea comprar servirán para mejor crecimiento escolar “El niño genio de Monay”, viajó solo, en el unidad de transporte, los pasajeros se admiraban como un niño tan pequeño pudiera realizar viajes y compras solo. “El niño genio de Monay”, con elocuencia contaba que su mamá lo consideraba un genio porque era capaz de llevar a cabo múltiples actividades que estaban reservadas para los adultos y además era amado por toda la comunidad que en muchas oportunidades lo cargaban sobre las piernas, las damas quinceañeras.

En la medida que el relato tomaba forma y muchos reían de las ocurrencias de Rafael, éste iba agregándole más y más contenido de humor sarcástico.

“El niño genio de Monay”, h no regresó por tres días, la comunidad escolar junto a su angustiada madre, organizaron comisiones de búsqueda. No lo encontraron en los sitios a los que “El niño genio de Monay”, h manifestaba que le guastaba: parques infantiles, el circo que visitaba el pueblo, el rio, las casas de alquiler de bicicletas y patinetas, escuelas kindergarter, en ningún lugar fue posible encontrarlo. Desapareció el niño genio, decían en la comunidad de convivencia. Llamaron a la radio, a la televisión local, avisos en todas las unidades de transporte, afiches en cada esquina de Trujillo y Monay, revisaban incluso por debajo de los asientos de los autobuses en el que el “pequeño genio” pudo quedarse enganchado. Esto tampoco dio resultado.

 

Al frustrarse todos los esfuerzos creativos para encontrarlo, se dirigieron al batallón del ejército y a las distintas unidades de socorro para que comisiones militares salieran en su búsqueda. “El Niño genio”, la madre se negaba preparar los respectivos homenajes mortuorios. Él es un “ niño genio”, decía la madre, él sabrá regresar.

 

En la comisión de búsqueda también incorporaron a los nuevos reclutas. Sorpresa para todos: para la madre, para la escuela, para la comunidad, “El niño genio de Monay”, h formaba parte de la comisión de búsqueda, no era un niño el prestigioso estudiante de primer grado, tenía veinte años y lo habían reclutado. Todos al unisonó rieron con sonoridad (a carcajadas), escucharon la historia con atento disfrute, mientras admiraban la genialidad del irónico Rafael.

 

Basta ya, basta ya, basta ya, gritó “El niño genio de Monay”, h con encono golpeando con fuerza la mesa de dominó, sin cesar y enfurecido; las fichas saltaron al techo y algunas por la ventana; no me moleste más enano Rafael que usted es más pequeño que yo, si continúa echando chiste sobre mí, le daré una paliza que la recordarás toda su vida.

Rafael prudentemente se alejó un poco de “El niño genio de Monay”, h, escondiendo siempre la cara para que no lo viera la maldad que estaba expresa en su rostro y también evitaba las miradas de los invitados a la fiesta, de hacerlo se escucharían su compungida risa.

 

Todo llegó a la calma, “El niño genio de Monay”, h olvido lo ocurrido, he hizo las paces con Rafael, sin embargo, Rafael de vez en cuando sin que “El niño genio de Monay”, escuchara, soltaba nuevos sarcasmos. Y tenía dos años de renuente.

 

Este relato, lo ha repetido cada vez que ha tenido oportunidad, todos conocemos la historia del niño genio de Monay.

 

Edgar B. Sánchez B.

NO TRADUZCO LO QUE DICE


NO TRADUZCO LO QUE DICE

Mi amigo, el de la burbuja cósmica ultradiminuta, me anima siempre a que escriba lo que siento en cada momento; dice, yo no estoy de acuerdo, que la fuerza con que ordeno mis palabras, le da sabor a los contenidos; que bueno sería que eso fuese cierto. Sin embargo amigo viajero que siempre se acompaña de Lucerito-Samito, para que le ronronee y maúlle al oído, en ese viaje con los Homo t.p.t. con piscina, haré caso a tus sugerencias, pues el que escribe, se hace varias veces multisensible a los acontecimientos que le rodea.

Hoy martes, quince de octubre, ante una ventana en mi lugar de trabajo, una imagen, una mujer, un ángel, un demonio podría ser, pues invade mi conciencia y compromete mi pensar; me llamó desde afuera, desde el patio tapizado de grama, yo fui, me abrazo, naturaleza hermosa, cuanto lo disfruté, sentí su corazón palpitando con fuerza, no estoy seguro, pudo ser el mío, aún así, el de ella, sin cambiar de ritmo, el mío sintió su compás y se dejó llevar por la melodía; dejé de abrazarla, no ella dejó de abrazarme, no hubiese sido capaz de apartarme; esa es mi fuerza, no separarme cuando está cerca; su palpitar me acompañó, aún me acompaña, lo siento todo el tiempo, hace seis horas que no sé de ella, lo escucho, me habla, entiendo lo que dice, creo que traduzco todo a mi placer, le hago decir lo que deseo, ven a mí palpito por ti; ¿por qué no dice lo que quiero?. Sus abrazos penetran mi piel, marcan mi espíritu irreconocible que disfruta la laceración de que le deja el roce de su piel.
El sol está dentro, volcanes fraguados de palabras quisiera decir a gritos pero no puedo, no se cuales son, no están en mi vocabulario, ella las inspira, ella lo sabe, aún así desaparece; es cruel, su crueldad le es natural y lo sabe. Se aleja sabiendo, estoy seguro, que la esperaré por horas y contaré los segundos. Dice Roberto Carlos “nuestro amor es así y al hacerlo tu y yo todo es más bonito” sólo yo lo hago.

Edgar B. Sánchez B. 

ELLA


ELLA

Ella me hacía llorar, sabía el momento oportuno; lo usaba. Ahora no tiene ese poder.
Ella me hacía feliz, producía un sonido gutural exaltador.
Ella está en silencio, yo escucho su pensamiento, es manantial potable, no lo puedo beber, no lo permite.
Ella cuando había motivo para celebrar inventaba algo para hacer verter mis lágrimas..
Ella ama el jardín y éste, siempre florido, escucha su cantar. El rosal y el limonero hablan con ella.
Ella se ha llevado algo, no sé qué, no lo encuentro en otro lugar, ¿acaso es un lugar?
Reír y llorar era un oxímoron eterno cuando ella estaba….
Si haz llorado sabrá que se llora mil veces en silencio, se ama en silencio, se ruega el silencio; el silencio es ensordece, vibra con intensidad, eso es ella.
En ella, el silencio es ruido perenne.

Edgar B. Sánchez B.

MANJARES AMOR Y VIDA

MANJARES AMOR Y VIDA

El amor de mi vida prepara para mí y para ella ricas ensaladas, yo las como con supremo placer. 
Para el amor de mi vida preparo ricos hervidos de pescado, ella no los prueba, no le gusta.
El amor de mi vida prepara para mí y para ella ricas guisantes, coliflor y brócoli gratinado, yo lo como sintiendo que es un manjar para los dioses.

Para el amor de mi vida preparo pescado asado con papa a la plancha, ella no los degusta, cocina para ella comida rápida, yo no la pruebo, y no nos dirigimos una palabra por el resto de la tarde.

El amor de mi vida prepara para mí un manjar de carnes combinadas y le agrega coliflor de Timotes, brócoli de Tuñame, pimentón de Cabimbú, Hongos comestibles de Boconó, papas chorreadas, ese día mi casa se llena de un extraño olor dulce que me hace sentir relajado.

El amor de mi vida me dice a cada rato te amo, y yo respondo eres especial y necesaria para mi te felicidad.

Te amo amor de mi vida.

Edgar B. Sánchez B.

DETENGAMOS EL TIEMPO


DETENGAMOS EL TIEMPO

Familia: Les pido, detengamos el tiempo, siempre se puede, él avanzará, por si mismo cuando disfrutemos de la belleza que está inserta en la reflexión de los que, en contemplación incoativa, lograron mirar más allá de lo que los ojos físicos alcanzan.

Detengamos el tiempo y dediquemos parte de él, a regocijarnos, mirando una hoja, un hongo; eso si, sin la premura que nos impone todo aquello creado por mentes maliciosas, la mía es una de ellas, para alejarnos de aquello para lo cual nacimos: ser los observadores de la grandeza de todo cuanto hay creado y sigue creándose; evolución infinita.

Y así, cuando viajemos a otros mundos, tal vez recientes, en misión de enseñanza, no se resientan por nuestra llegada, y estemos preparados para llevar lo bello que está bajo nuestros pies, sobre nuestras cabezas, y que muchas veces, por inobservación, destruimos sin clemencia. Detengamos el tiempo y observemos los fractales: el copo de nieve de Koch, las Fibonacci, las Moivre, las Mandelbrot, la dimensión de Hausdorff; presentes en todas las formas autoidénticas que nos rodea, y de aquellas que están en nosotros mismos.

No leamos con rapidez, no lo hagamos, no sólo con las líneas que nos puede llevar toda una hora, todo un día, toda la vida; dependiendo de cuanta actividad cognitiva hayamos ensayado, en lo que hemos vivido, y estemos dispuestos, para nuestro bien, ensayar; sino también leer, en observancia contemplativa, lo que la naturaleza nos muestra, ella misma, sin mediador, y más aún, detenernos en los detalles que todos los días nace a lo interior, en el mundo privado. Diría Heidegger: habitar nuestro interior, habitar nuestro pensar, para construir y edificar el puente comunicativo de las orillas que existen en las construcciones reflexivas aún disociadas. En la medida que correlacionamos lo divino de lo divino en nosotros.

Puedo asegurar, que después que aprendamos leer así y analizar así, estaremos cerca a entender porque Einstein dijo: "Dios no juega a los dados". Tanta belleza, tanta grandeza en cosas tan pequeñas con longitud infinita.

Edgar B. Sánchez B.

EL LIBRO

Cuando se lee un libro, no sólo se lee las ideas que el autor trató plasmar, allí está reflejada su temporalidad, su interioridad, su capacidad introspectiva y los conflictos que enfrenta, en el momento de crear los contenidos, y que no desea mostrar. El libro es una ventana al alma de la sociedad, la sociedad del autor, quien se apodera de él y no pierde oportunidad de contarse, en definitiva pudiera ser la planetaria, como las capturas de: Jorge Luis Borges, García Márquez, Edgar Morín, Lev Tolstói. Incluso si lleváramos registro de lectores sabríamos, por la profundidad de su selección, cual es la intención de búsqueda del altruista.

El libro muestra rutas para construir nuevos saberes, en una biblioteca hay más resultados implícitos que explícitos, hay que descubrirlos entres las páginas de los que contiene. Por ello el maestro selector y organizador de textos, para recomendar lecturas, se le exige ser casi el modelo; ese que posee las divinidades, creadas por la sublime imaginación, representativas de las sociedad que queremos.

El libro no dice la verdad, por cuanto ésta no existe, no hay una verdad terminada, sino perfectible, construible, comprensible, ella se modifica y se mimetiza en la medida que se profundiza, y se trascienden los paradigmas. Es una herramienta con la que se comunica la incitación de búsqueda y plasma, en variados casos, la desesperación del comunicador, es un ente que transporta las interpretaciones sobre el ser, del ente que pretende llevarlo a palabras, sin lograrlo. Cuenta nuestro transitar y se resistirá a la quema que, en la práctica y en la denuncia, caso quijote, han hecho del él; es la máxima creación, es el motor que, sin el primer movimiento, mueve al mundo; es la palabra reveladora, la suprema teleología.

Edgar B. Sánchez B.

DIALOGO ENTRE HERMANOS

DIALOGO ENTRE HERMANO

Este es un diálogo asíncrono, a través de la red Internet, que se dio entre los hermanos Nancy y Edgar a propósito de los niveles conversacionales en la familia. 

Nancy
Sabes hermano Edgar, cuando publicaste tu reflexión con el título “SI PODEMOS”, en la cual textualmente expresas: “Familia, si todos los días leyéramos uno de los artículos recomendados y otro para recomendarlo, en pocos años seriamos personas con altos niveles de conversación y elevaríamos la forma de comunicarnos. Leamos.
Sabes siento que las conversaciones son hermosas no solo porque leamos o no, hay seres humanos que ni siquiera saben leer y tienen hermosos conocimientos,.

Edgar 
Es así, reconozco tu visón, sin embargo la lectura es también dialógico; participa el autor presente en la obra y el lector que imagina el marco de referencia; éste ambienta las escenas, acordes con sus experiencias previas, es decir grafica lo que el autor pretende con riquezas imposibles de dibujar en la palabra escrita. Aunque es posible que el escritor si comunicara nuevamente el tema actualice sus ideas e incluso modifique algunas. 

Nancy
Hay personas con tal belleza en el compartir que sin haber ido a la universidad, liceo ni escuela proyectan, en su forma natural y autóctona , comunicaciones hermosas, experiencias de su vivir, que no están en el mundo de la lectura, no están en las páginas de los libros.

Edgar 
Imagina que tengamos la dicha de tener cerca, en nuestro entorno de convivencia, a personas que posean esa belleza comunicacional y que además estemos preparados para oírlos, que tengamos anclajes Bruner, para hacerlos significativos en nosotros. De seguro, desearemos que el encanto llegué a todo aquel que lo necesite, a un mayor número de dialogantes, para ello debemos recurrir a medios de comunicación expansivos, y se me ocurre que el mejor, inventado hasta ahora lo escrito. El libro. El arte escrito permite que las reflexiones plasmadas lleguen a muchos y, mejor aún, si el escritor le da a su obra belleza narrativa. 

Nancy
Además del libro, siento que una excelente conversación se da cuando tenemos la capacidad de escuchar y entender lo que el otro quiere expresar a través de la pintura, creaciones diversas, forma de bailar, caminar o simplemente una mirada. Cuantas veces he sentido un universo de palabras dichas sin palabras con tan solo un mirada hacia alguien sensible para entenderla.

Edgar
El mundo social en el que nos rodeamos está lleno de profundidades de diálogo que el etnógrafo, todos lo somos en variados niveles, recoge en su experiencia empírica, no es demás, sin desvalorizar el contacto directo, contactar aquellas experiencias que como Kant, Aristoteles, Platón, Oleary se esforzaron para que todos tengamos la oportunidad de conversar con ellos a través de la lectura. 

NANCY 
Recuerda hermano, lo rico que es estar sentados atrás, en el rincón de Cirilo, más aún, estar acostados en el chinchorro de tradición portugueseña, y sentir la atmósfera que se respira en ese espacio de reflexión y contemplación, donde aún camina mamá: callada, con el café para todos, con el olor de sus guisos, con olor resiente a perfume para ocultar el de los ajos que tanto le gustaba. El espació de Cirilo es incomparable, allí en la brisa de todas las horas, la de aurora y la del crepúsculo, esta Alfredo embargando recuerdos, los más hermosos. Horas de estudio, de lecturas de izquierda, las del Che y toda su lucha eran las favoritas, botellas de licor clandestinas entraban a la casa, se ocultaban, aún llenas, en el fondo de los envases de basura, que mamá encontraba y botaba, el olor impregnaba la casa y mamá reía con aires de inocente ironía. Esa era su visión del mundo, uno en el que el licor masivo no tuviera espacio. 

EDGAR
Todo lo recuerdo con el placer, en mi soledad, se sostiene cual persona deambulando y compitiendo lo aprendido en los libros. Yo tuve la suerte de ser, no el primero, pero si el más cercano a mamá en el transitar histórico de nacimientos, de sentir pasión por los libros; mamá lo notó y me regaló la colección que ahora cohabitan mi casa, cuyas páginas leo todos los días. De ellos aprendí que en una hoja cualquiera, de una planta cualquiera está la configuración del piano, en secuencias descubiertas por Fibonacci: que comienza con los números 0 y 1, y a partir de estos, cada elemento es la suma de los dos anteriores, produciendo 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34 y así sucesivamente. Tomemos una hoja y observemos el limbo, contemos, por el envés, los nervios laterales adheridos al nervio central y se encontrará que son cinco, ocho o trece y, si están formándose algunos, para aumentar la superficie, se hace para estar acorde con el siguiente número de la sucesión: si tiente cinco se formarán tres, y si tiene ocho se formarán cinco. 

NANCY 
En todo hay enseñanza, solo se requiere observar con prontitud y entereza; por ejemplo, Alfredo y yo aprendimos de las canciones de protesta que escuchábamos a escondidas; mamá, mi vieja linda, sin más no recuerdo, luego de mi viaje definitivo a Puerto Ordaz, rompió todo hasta los afiches del Che Guevara. Olga y Consuelo se rieron por la firme osadía de mi Sotelia que una a una desgarró mi, hasta ese momento, única colección. Que tiempos, cuando voy allí, después de surcar más de mil kilómetros, siento la presencia de la vieja que habitará por siempre mi corazón, no hay comparación con la felicidad que siento. Me encanta esa casa, me encanta el arrullo de la lluvia, que allí, solo allí se siente.

NANCY
En épocas de estudiante, aunque nunca se deja de serlo, en el liceo, Alfredo era líder estudiantil, aún lo es en los distintos espacios y modalidades de su vivir, sobre todo en las necesidades educativas de la comunidad en la que pernota, sobre todo, en la organización de las faenas agrícolas, desde la preparación de la tierra, cultivo, cosecha hasta disposición en el mercado. 

EDGAR
Aprovecho la oportunidad ya que se ha tocado el tema del líder, para llevar a cabo una reflexión que siempre me ha llamado la atención, bajo la pregunta ¿el líder se hace o nace?, basaré lo que plantearé en precisión de los términos lingüísticos: nato e innato; aquella como todo lo que se obtiene a través del esfuerzo cotidiano, destrezas obtenidas en su diario actuar, signado con la premisa “quien aprende poco a poco y con constancia, aprende rápido”; la última más genética, lo que viene desde la fecundación que nos hizo embrión, viene con los genes transmitidos por la familia y el aprendizaje social evolutivo. Por cierto el educador del nonato se llama embriogogo, no importa que esta palabra no esté en el diccionario. 
El líder nace y muere en los avatares de la convivencia, ante eventos especiales, esos que mueven las fibras, despiertan ontológicamente en el ser, que ha asumido del valor responsabilidad, su deber ser, su deontología; resuelta la emergencia se apacigua el liderazgo, aunque hay algunos que perduran de por vida. Otros nacen en el proceso de formación buscado en diferentes escenarios, en las universidades, en los talleres y en cualquier actividad que parece ser simple, como en un paseo recreativo. 

NANCY

Alfredo tiene la revolución verdadera en sus venas, no la revolución para adquirir poder y ser parte en la distribución de los bienes mal habidos, revolucionarios de los creen en cambios profundos que conllevan, en el diario hacer, hacia el progreso de una aldea o comunidad. O mi querido hermano de tremenduras, recuerdo, en sueño vivo, cuando almorzabas, todos los días, en el comedor del Tulio Febres Cordero, prestigiosa institución, jugador de Básquet, de los mejores, volvía locas a las chicas que no asistían a clase sólo por ver su esbeltez movilizarse con varonidad en la cancha, jejejeej.

EDGAR
Ese es un ejemplo para ilustrar mi posición de que el líder se hace, un jugador que demuestra crecimiento en la cancha, usualmente es notado por los manager y los compañeros, y se tornan a su alrededor para garantizar éxitos y para aprender de él las estrategias adquiridas en el área de juego.

NANCY
A Alfredo lo apodaban “Él Chorro e Leche” ¿saben por qué?, quitaba los cuartos de leche a sus compañeros de comedor y se los tomaba mientras corría. Amante de las novelas como: Doña Bárbara, Cien años de soledad, Pobre negro, María, El coronel no tiene quien le escriba, Padre rico padre pobre, los cantos Iliada y Odisea, Vuelta a la patria, Canto general. Sin modestia podemos decir que en bachillerato fuimos lectores de buen nivel, de ahí nació el background que permite la sutileza de sus reflexiones; escuchaba las radiales Martín Valiente, Calimán, Arandú y Los tres Villalobos, DIOS estoy diciendo nuestra edad hermano bello; como me reía cuando mamá lo regañaba y salías corriendo ajustándose la camisa uniforme del liceo porque ya el Sr. Emilio anunciaba, tocando la corneta del autobús, que estaba en la parada para llevarnos a nuestras clases, aclaro el autobús era gratuito.

EDGAR
Yo que disfruto la calidez de las conversaciones con nuestro sobrino Alfredo, me sustento en mi creer que las lecturas, cualesquiera sean: forma o autores, dan a quien las realizan, verdaderas joyas de palabras que se van creando y pronunciando cual aguas profundas en manantiales de pozo azul de nuestro bellos campo “Los Palmares” hoy atropellado por la delincuencia organizada. 

NANCY
Todas las experiencias vividas podemos acrecentarlas ya que contamos un punto en común de encuentro, “EL ENCUENTRO DE LOS SANCHEZ BRICEÑO” donde nos reunimos reunirnos a disfrutarnos y a compartir cualquier tema familiar. Hermosa reunión la que se dio en la casa SOTELIA, entre todas las generaciones acordaron las pautas para el cuarto encuentro. Tomando en cuenta que el primero nació producto de una idea loca, pero hermosa, en vista de la necesidad de abrazarnos en el calor que siempre nos ha unido. Un agosto en el que Jeedmary hacia pasantías en CVG, se nos ocurrió la idea de un evento que nos juntara en un solo lugar y desde mi casa, en Puerto Ordaz, comenzamos a organizar la reunión, se elaboró una tarjeta sencilla que decía encuentro en casa de SOTELIA, quien la tenga, por favor, cuélgala en el grupo FAMIIA SANCHEZ, para que todos la disfruten, el segundo, hermoso por demás, fue en el club “Los Chaguaramos” ataviados con camisas de variados colores, según correspondía a cada subfamilia. el tercero, a la llanera, y ahora el cuarta oportunidad, para ello es bueno recibir asesoramiento de Yraima y a coser se ha dicho, el tema escogido es la usanza de las décadas 40, 50,60, 70 y 80, cada generación vestirá la que le corresponda. HERMOSO definitivamente ser SANCHEZ lo es, con orgullo llevamos el apellido de mi viejo Waldino y de la Vieja Sotelia, BRICEÑO Lo es aún más, creo que este apellino tiene raíces trinitarias o de la zona norte de SUCRE específicamente de Macuro, sería bueno averiguarlo.

EDGAR 
Pudiera se de Trujillo, la mitad de la guía telefónica son Briceño, puede ser que mi abuelo, José Vicente, viajó para conocer el ferrocarril Puerto La Ceiba-San Felix y se quedó en el Táchira. Se enamoró. 

Edgar B. Sánchez B.