martes, 21 de noviembre de 2023

CARTAS PARA BRITTANY: Tracción a sangre

 

CARTAS PARA BRITTANY

Tracción a sangre

Hola Brittany, es importante, para mí por cuanto me produce un encanto fabuloso escribirte, contarte los detalles de cómo se hacían los traslados de los enfermos cuando yo era de tu edad. Estoy hablando de la década de 1960.

En las zonas aledañas de la finca San Isidro, donde nací y viví, no había, en ese tiempo, vías para recorrer en vehículos con automotor. Toda carga pesada se transportaba con tracción a sangre. Papá poseía varias mulas de carga y su propia bestia de silla, la de mamá le llamábamos “la mula negra”.

La tracción a sangre no era sólo de bestias amansadas, así se les dice, para que soporten en sus lomos la producción agrícola que había de colocarse en los mercados pueblerinos. También los hombres y mujeres cargaban en sus hombros grandes pesos, por lo general, organizados en polleros.  

Cuando una persona se enfermaba y perdía fuerzas para caminar o cabalgar, se llevaba a hombros de hombres corpulentos hacia los centros de salud disponibles en los pueblos. Recuerdo, como si fuese hoy, el traslado de María Pérez, la vecina de la finca del Cedro, la mamá del bobo Rosario, hacia el hospital en el que murió al tercer día de su internado. Tiempo lluvioso en el que parecía imposible que se mantuvieran en pie,  los que la llevaban en hombros en un improvisado camastro.

Preciso, apreciada bisnieta Brittany, que había una familia, los Chacones, que en época de Aparicio, Maximiano, Jorge, Alejandro, con su padre José y otros, que no recuerdo, se ofrecían como voluntarios para trasladar enfermos desde campos alejados, por varios kilómetros de los poblados. Ellos eran un alivio para los familiares. Creo, es posible que esté equivocado, que no se les reconoció, como debe ser, las tantas veces que sus hombros salvaron vidas.

Con cariño para ti Brittany, de su bisabuelo materno

Edgar B. Sánchez B.

ABRAZOS

 ABRAZOS

 Me hipnotizan los abrazos

Abrazo cada vez que es permitido

El abrazo lo entiendo en su virginal totalidad

Hay abrazos como los tuyos de maravillas, de entorno y de luces

Por eso los doy, por eso los busco.

 

Un abrazo es un contacto sublime, corto y único

Llena vacíos de cada célula, de cada sinapsis

Sinapsis alterada, por ello son luces ilegibles

Cuanto quisiera saber leerlos en su  plenitud.

 

Hay abrazos de viernes bajo lluvias de cantos, aceptación y sonrisas

Hay abrazos infinitos que  dejan intactas las otras sombras (he recibido varios)

Abrazos que aún existirán hasta mi próximo retorno.

 

Hay abrazos sobrinos, que son irrepetibles, desde la sombra de un cerezo

Un asiento de hierro forjado en el inmenso patio,

Para recibir el sublime néctar de los abrazos.

 

Edgar B, Sánchez B.

 

domingo, 19 de noviembre de 2023

CARTA A BRITANY: La escuela a tan solo ocho kilómetros de la finca San Isidro

 

CARTA A BRITANY

la escuela a tan solo ocho kilómetros de la finca San Isidro

Queridísima BRITANY:

Es para un placer inmensamente grato, escribir para ti un episodio importante para mí, por cuanto de ello dependió, sobre manera, que mi adolescencia tuviera escuela: A mis 15 años de edad, podía decir, con orgullo, que logré graduarme de sexto grado en la escuela primaria de la localidad de Los Palmares, a  tan sólo ocho kilómetros de distancia de donde vivía con mis padres, en la finca San Isidro.

El recorrido lo hacíamos todos los días a pie, desde las 7 a.m. junto a mi hermano Antonio y mis hermanas: Lucrecia y Custodia. Luego, claro está, de haber cumplido con las actividades de ordeño de quince vacas y alimentado  los cochinos y a las bestias de carga.

Este evento, que relato para su saber, es el más sentido y lo recuerdo con especial añoranza.  Es posible que pienses que tu abuelo no era suficientemente inteligente por cuanto, en tu edad, un niño de 11 años ya ha superado la primaria y se perfila, lleno de oportunidades, hacia la secundaria.  Yo la culminé a los 15 años y los de bachillerato a los 21 años de edad.

La vía vehicular aún estaba en construcción y el de recuas, eran profundos cangilones que en épocas de lluvia, el agua corría con libertad, por lo que. había que luchar para vencer su caudal y no dejarse vencer.

Para fortuna de nosotros, la escuela contaba desde antes de 1950 con comedor escolar en el que almorzábamos  y nos daban a las 10 a.m. el vaso de leche que el estado venezolano proporcionaba a sus jóvenes estudiantes.

De retorno a casa a eso de las 5 p.m. Antonio, su tío, y yo, nos bañábamos en las cristalinas aguas de un río que ahora se llama El Cafetal, otrora pozo azul.

Creo que mi niñez fue hermosa, en un campo donde la miel de caña para para la panela se olía a distancia y el queso abundaba.

Te amo bisnieta, Tu abuelo que te quiere Edgar Bautista.

viernes, 25 de agosto de 2023

 EN APUROS

Para Edbausambri las noches han dejado de ser placenteras, terribles personajes lo visitan a diario, ya no es capaz de distinguir si está despierto o dormido. Aunque puede él a aprendido a filtrar la ficción, para saber si está en vigilia, la mayoría de los monstruos sobrepasan las barreras que ha construido, Morfeo, al rey de lo onírico, lo sorprende a cada momento.
Las creaciones deformes y de gran poder cruzan todas sus barreras y lo sorprenden: Un Chou Chou gigante, se nota que los han sobrepasado de alimento, con ojos rojizos y saltones lo asalta en los cruces de toda esquina, el canino no ha logrado hacerle heridas, sin embargo arrastra su anciano cuerpo por toda la calle hasta su guarida; Perros callejeros de menor tamaño, sólo por solidaridad canina, se confabulan y ladran en derredor de Edbausambri e intentan morderlo. Todos los días, cuando la consciencia lo acompaña, con el fin de ganar su cariño, aunque sea, les lleva migajas de pan y pellejos, la situación no cambia.
El canino suelta su presa, algo lo atemorizó, acto seguido otra ventana de la oscuridad se abre y aparece una pitón de varios metros de largo y de gran grosor, arrebata la presa al Chou Chou y conduce a la víctima por oscuros túneles hasta sentirse segura, allí, en forma de espiral, abraza mortalmente al indefenso cuerpo e intenta quebrantar sus huesos, no lo logra; gira su cabeza y comienza imbuir, ahora es arrastrado hacía el estómago del anfibio, mira con temor irreductible los venenosos dientes hipodérmicos que se apartan para dejar espacio a que la pase la presa, yo.
Edbausambri se despierta y descansa unos segundos, no quiere volver a quedarse dormido. Ahora duda si despertó realmente, cree que sólo logró salir de un sueño en el que se quedó dormido y soñó dentro de ese sueño, para caer en otros sueños también espeluznantes,
De la profundidad a la que fue llevado arrastrado por la pitón, luego, de ser, como presa, robado al can; sin saber cómo liberó, comenzó a arrastrarme hacia una luz que observaba en la lejanía, una oportunidad para salvarse. Esta vez, algo atroz se apoderó de él, sintió que estaba casi pegado al piso y sólo avanzaba pequeñas distancias, milímetros tal vez, el Chou Chou y la pitón competían por ser el primero en capturarlo de nuevo. Como pudo, reptando, logró llegar al hueco por donde entraba la luz del sol; acto seguido, cayó por un precipicio sin fondo, mientras caía lamentó no haber aprendido a volar.
En el fondo del precipicio, en el que pensó que no llegaría vivo, una mujer de rostro enmarañado y sangriento estaba con una comisión de la policía para capturarlo, acusado de abusar de su fuerza física contra una indefensa y honrada mujer. Dos años después pudo regresar a casa, después de cumplir la condena impuesta por la cárcel y sentir, por si fuera poco, un nuevo miedo, que consumiría sus pocos momentos de felicidad y sosiego: ser acusado nuevamente y llevado a la cárcel.
Edbausambri cuenta a sus amigos y psicólogo particular que la pesadilla se repite noche tras noche desde que, por dárselas de valiente, auxilió a una dama de hermoso cuerpo, de carácter intenso y dominante, que lo llamó por teléfono para que la rescatara de un cangrejo que se había apoderado de la sala de su casa y ella estaba refugiada sobre el mesón de la cocina. Temeroso como siempre fue de los cangrejos, temor obsesivo, incluso les temía aún servidos en la sopa, Se hizo el fuerte, capturó el cangrejo con un envase plástico y lo llevó al río. Desde ese momento, comenta, el cangrejo lo persigue cada vez que se duerme, incluso de día. Corre y corre desesperado hasta donde está el Chou Chou, la única ruta de escape.
Dr. Edgar B. Sánchez B.

martes, 8 de agosto de 2023

NOMBRE PROPIO, NOMBRE COMÚN

 

NOMBRE PROPIO, NOMBRE COMÚN

La felicidad tiene diversos muros para ocultarse.

Disfruta sintiendo que la buscas, se oculta más.

Está en la danza que te proporciona la dama y te enseña a bailar.

Está en la sonrisa, cual tisú, que te extasía cada vez que comparte. La amo.

Está en la canción que proyecta el éxtasis de ser escuchado.

Está en el amigo que te invita a compartir.

Está en los aplausos sinceros que te apoyan en cada intento.

Está en el regaño, cuando hablas y no dejas escuchar.

La felicidad se llama viernes.

sábado, 29 de julio de 2023

LA CREACIÓN

 

LA CREACIÓN

Somos creación, en múltiples formas de panela

en momento preciso anterior

de verter la miel  en gaberas de única forma

con soplo de vida de anís y eneldo

en dosis exactas.

 

Somos de aliento puro

olemos a vainilla en melcocha

que se hizo amasijo por la frotación creativa

de manos artesanas que nos visitió

con hojas secas de caña.

 

Somos espuma de miel de trapiche

brotada por el golpeteo de leche al pie de la vaca

 

Somos forjados con arepa de maíz al calor de la estufa

saborizada con boruga  y bramidos de leña.

 

Somos caña de azúcar salvada de la culebrilla

Cortada en trozos para ser transportadas en nobles mulas.

 

Somos de la fuerte simiente alimentada por neonatos de palomo

Que arrullaban en nidos en la pared de la cocina con vista a la falda.

 

Somos arroz tostado, arepas al budaré rellenas de queso

Somos amasijo, llamado mico, trituras de cambur verde sancochado

Mezclados en la piedra del queso.

Somos arroz con leche y sal, en desayunos al alba

momentos de festejos en los cumpleaños.


Somos el Cedro de robustez de lo sostenible, Monte Fresco de paz familiar

Quebraditas de las eternas búsquedas, San Isidro por el tesón a la labranza y 

Orope, Oropel de la  esperanza

La Arenosa de sembradíos temporales para lo sustentable


Somos finca, somos San Isidro, somos el parque

Con caracuchos, novios, amapolas, mamón y guácimo.

Somos Tizú, 

 

Edgar B. Sánchez B.

lunes, 24 de julio de 2023

OTILIA UN PERSONAJE PARA LEER

OTILIA UN PERSONAJE PARA LEER

Habitar a una persona, es algo así, como los hijos ocupan a la madre, ella por doquier esté, piensa en ellos y se organiza para crear espacios en los que ellos, sus hijos, pudieran encontrar felicidad.

Otilia nos ocupa y nosotros la ocupamos. Siempre la ocupamos cuando deseamos momentos de esparcimiento, a los cuales estaba disponible sin condiciones y porque ella nos pensaba en su amor cultivado por la familia.

Nunca nos llamó por algún medio de comunicación de la modernidad, sin embargo el llamado de sus pensamientos y su disposición para compartir, discaba días de asueto para que ocupáramos espacios de su ocupado pensamiento.

Otilia nos ocupa, por cuanto pensamos en ella como soporte fundamental, el cimiento desde el cual crecimos y somos. Nos ocupa, porque siempre está en nuestros pensamiento y organizamos energías para contribuir, como consciencia colectiva, a la elevación de plegaría para la recuperación de su salud. Otilia es dadora como la naturaleza y la naturaleza la recompensará.

En este momento, nuestra hermana mayor, nuestra tía, mamá y abuela, requiere que ocupemos, para ella, algunos espacios de nuestro vivir para realizar aportes que contribuyan a sustentar su salud.

Recordemos: Otilia nos ocupa y nosotros la ocupamos. Ella es así.