jueves, 19 de enero de 2017

LA SENCILLEZ

LA SENCILLEZ


Siempre, por doquier que se transita, en los aprendizajes que da la vida y el diario compartir, se escucha como sugerencia, no como consejo, de que hay que ser sencillo y también que debemos mostrarnos como lo que somos y, en lo posible, respetar a los demás por lo que son. Estas palabras, siempre las he sentido vacías, en muchas ocasiones contradictorias con el real desenvolvimiento de las personas que las profesan y creen que son guardianes del ortouso.
Nada más lejos de la real sencillez o respeto a la otredad, cuando alguien desea imponer  al otro determinada forma de comportamiento, autodefiniéndose, quizás, como sencillo o respetuoso de los que es el otro.
El otro si en realidad es sencillo debe mostrarse como lo que es. Lo que él es depende, directamente, de lo que haya logrado en su esfuerzo continuo de su arduo trajinar. Para ser sencillo hay que mostrarse siempre como se es.
El escritor, no podrá mostrar otra cosa que su esencia de escritor, al serlo aumenta su comprensión de muchas cosas entre ellas la perfección de las palabras para que estas tengan, en su uso, el peso correcto. Si logra el nivel necesario para el buen escribir, le corresponde, porque se lo merece, el calificativo de escritor. No es culpa suya, del escritor, que otros no lo sean, lo que él es, es.
Él respetará, por su nivel adquirido, a los que son: médicos, profesores, carpinteros, mecánicos, trabajadores domésticos, agricultores, comerciantes, caleteros (yo fui caletero en el negocio de Luis Marquez, mi respeto para su espíritu). Cada uno orgullosos de lo que  son y se hacen llamar e identificar con lo que mejor hace y han logrado.   Cuantas veces he escuchado a personas orgullosas de ser comerciantes y se autodenominan por lo que son. Mi respeto a ellos, a su profesión, a sus logros y a la denominación que les corresponde.
No es un nombre agregado, es un calificativo de merecimiento, es el reconocimiento a lo que se es y así debe mostrarse. Hacer lo contrario es hipocresía y arrogancia. Hay agregados que la sociedad brinda como: Don Pedro, Sra. Carmen, Abogado Luis, Médico Juan, Pintor Carlos, yo uso Dr. Edgar, porque lo soy, y en dos especialidades distintas: Matemática pura y ciencias de la Educación; podría llamarme Postdoctor Edgar, lo merezco porque lo soy.


Dr. Edgar B. Sánchez B.

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