domingo, 15 de enero de 2017

MAESTRO, DOCENTE, FACILITADOR

MAESTRO, DOCENTE, FACILITADOR


Todos deseamos ser maestros, lograrlo es un trabajo de por vida. Quienes instruimos, enseñamos o ejercitamos no siempre educamos. Los que compartimos en la búsqueda del saber, en el construir conocimiento y facilitarlo, deseamos ser reconocidos como tales, sin embargo la sociedad no nos brinda todo el mérito y recursos que consideramos merecer, ella tiene sus patrones inmemoriales, y su sabiduría le permite sentir quien es y quien no.
Todo el esfuerzo que hagamos en ese hermoso compartir diario, con la intensión de construir estructuras que nos permita avanzar en el entender, en el crear, en el compartir, en definitiva en el convivir, no siempre se logra el altruismo necesario para merecer ser llamado MAESTRO,
Más bien PROFESORES O FACILITADORES; los primeros tienden ALUMNOS y su metodología de comunicación son las clase magistrales, son dados a la precisión del lenguaje y contenido (algunos no, por supuesto, los que llegan solo por trabajo o por considerar que es fácil hacerlo, nada tan lejos de la realidad) son poco a incentivar actividades que conlleve a sus oyentes a un verdadero compartir en el crecer diario, en el dar y recibir lo del otro y para el otro, en el ganar/ganar. Los segundos los que merecen la categoría de FACILITADORES, tendrán DISCENTES (los que aprenden haciendo basados en una básica teórica), pues solo organizan el material a cubrir y desarrollar en determinadas jornadas, en las que, los discentes, son los que se encargan de prepararlas y exponerlas, estrategia muy usada en los eventos de doctorado y postdoctorado. Todos Profesor-Alumno, Facilitador-Discentes, centran su compartir en aprendizaje de estrategias para mejorarse en lo disciplinar, no necesariamente en lo holístico, en lo transdisciplinar,
El MAESTRO, el que merece este signo de magnificad, de respeto altruista, posee DISCÍPULOS, por cuanto es ejemplo de vida, de libros leídos, de trabajos publicados, de líder comunitario, de compartir con sus aprendices las distintas faenas del vivir y procurara, en las vicisitudes, estar cerca, en contribución y presencia, para que sus DISCÍPULOS sientan desde él, el apoyo moral, psicológico y práctico tan necesario en los momentos difíciles o felices. MAESTRO es aquel que reconoce, para aprender, lo que sus discípulos enseñan y lo organiza para bienestar de los otros. Considera a todos ejemplos para tomar de ellos, sin minimizarlos, los cambios para construir formas de vivir ejemplar.
Aquellos que enviaron mensajes llamándome MAESTRO, les estoy agradecido, y si las máximas que los motivaron son de que soy alguien digno de ser llamado así, considerando las premisas acá expuestas, entonces hay alimento para sentirme orgulloso. Felicitación a todo aquel que sea maestro.
Dr. Edgar B. Sánchez B.

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