martes, 21 de diciembre de 2021

REFLEXIÓN EN NAVIDAD

REFLEXIÓN EN NAVIDAD

Siento que el discurso navideño está agotado, aunque, por lo hermoso, es bueno repetirlo tantas veces como sea posible. La navidad es nacimiento en espíritu, es permitir que el ser interior, normalmente encarcelado, aflore con libertad y albedrio hacia el bien. La búsqueda que más resalta es la familia unida.

En el espacio que más comunica la casa con la vía principal, es el escogido, para organizar el círculo para el momento de los abrazos de feliz año.  Además, desde allí, todos los vecinos amigos, tendrán la oportunidad de entrar y dar las buenas nuevas.

Los preparativos al horno se fortalecen en sabor, mientras se espera la familia que llegará después de las 12, en los primeros momentos de año nuevo. Ellos reciben la buena nueva en la casa grande, la casa que siempre estará en los sueños, la casa del gran trapiche de la dulce miel.

Las hallacas visten la paila de la cocción, el agua sobrante ya fue liberada, nadie las toca, es la comida del año nuevo, para luego de las doce campanadas. La matrona dirá cuándo empieza el rebullicio del servir la gran mesa de madera que en otros momentos es parte de los utensilios para el diseño de los vestidos de novia.   

Las muchachas, vestidas de fiesta, engalanan la casa de la abuela y los pretendientes entran, usando como excusa, a saludar a la familia y a la feliz guía de familia. La negra bella, la fina Barbie, la siempre alegre pero recatada está allí, la de los gritos de encanto de vez en cuando cambia el ritmo y las hijas de la flor del jardín de San Isidro, son el centro de atención.

En otro lugar distante, en la casa de Las Uvas del Tiempo, se reparten regalos a los niños de la fiesta. Tradición que se hizo fuerte y trajo alegría decembrina a los que asistíamos a ella.

Un poco más allá, donde llega el olor del mar, la gran familia, en la que la mayoría son hombres adornados por dos damas, se reúnen bajo de gran árbol de mamón y la sutil presencia de la dama que gobierna siempre sonriendo.

Deseo que todos esos ambientes se emulen por doquier que estemos y que la navidad nos arrope a todos.

Feliz navidad: Edgar B. Sánchez B.

martes, 7 de diciembre de 2021

BREVE PASEO POR EL MUNDO DE LAS NORMAS ORTOGRÁFICAS

 

BREVE PASEO POR EL MUNDO DE LAS NORMAS ORTOGRÁFICAS

Aré de arar, haré de hacer.

Hoy aré lo que pude y llevé los bueyes a pacer. Es correcto; significa que está informando que la jornada de arado se cumplió y que llevó los bueyes a pastar.

Haré cambios en mi rutina de escritura. Es correcta, haré del verbo hacer, la frase indica el firme propósito de estar atento a las palabras y su forma de escribirse.

Haré que el muchacho are lo más profundo posible, es bueno para las plantas que deseamos cosechar. 

Echo o hecho.

Le echo agua a las plantas de mi jardín.  Está bien escrito, por cuanto se refiere a echar.

Luego de que hayas hecho la limpieza eche la basura en el envase del aseo.

 

Allá, haya, halla

Halla un momento en su rutina diaria para que vayas allá y hallas el medicamento que necesitas.

Allá en la sima (parte más baja de un lugar) aré bastante la tierra para sembrar maíz, hallé un terreno formidable, por cierto, construí una valla para evitar que los animales de los vecinos entren en mis predios, espero que vayas un día a visitarme, anunciaré el lugar con una baya grande que anuncie el lugar y sepas donde es y te guardaré bayas de la zona, son muy sabrosas

lunes, 29 de noviembre de 2021

BINARIO O DECIMAL

BINARIO O DECIMAL

Es común, aunque la diferencia es grande, utilizar el lenguaje decimal para representar asuntos de lo binario. Este último usa dos dígitos: 0, 1; el primero diez, de ahí sus nombres.

 

Los sistemas posicionales se rigen por una lista de reglas estrictas, para indicar el valor que representan cada dígito usado. Nunca comienzan con cero (0), salvo para llenar espacios sin significado alguno, aunque el 0 en binario es apagado y 1 encendido. Para representar el valor inmediato superior se aumenta en una unidad el dígito en la posición más a la derecha y si ésta, ha llegado al tope, se incrementa la anterior y las última, las que le suceden, se cambian por cero (0).

 

El número inmediato superior a 19 se obtiene aumentando la última cifra en una unidad; como el 9 es tope del sistema decimal, se aumenta la anterior, es decir el lugar del 1 cambia para 2, y el del 9 se reinicia desde 0.

 

Cuando todas las cifras están en el tope se inaugura una posición adicional comenzando en 1 y todas las posiciones a su derecha se escribe 0, así sucesivamente.   Por ejemplo 9999 tiene las cuatro posiciones con el dígito tope, por lo que, para escribir, el siguiente se requiere agregar una posición adicional, que como se ha indicado, es 1, y a su derecha tantos ceros como indican la cantidad de posiciones que llegaron al tope, en el caso de 9999, cuatro ceros, por lo que queda 10000.

 

Esta rigurosidad, tal vez, sea innecesaria si sólo usamos el sistema decimal, por cuanto, por repetición, hemos aprendido a usarlo sin mayores profundidades en su estructura. Sin embargo, para el sistema binario, hexadecimal, octal y otros, es conveniente entender el ritual para escribir el siguiente. Por ejemplo, el siguiente de 11111 en el sistema binario es 100000, ya que, sólo cuenta con dos dígitos: 0, 1; y sus cinco posiciones están copadas por el mayor de ellos.

 

El siguiente de 10111 es 11000, en este caso las tres últimas posiciones están ocupadas por el tope del sistema y la posición cuatro, contada de derecha a izquierda, acepta incremento en una unidad. En el caso hexadecimal, pare escribir el inmediato superior a FF, requiere abrir otra posición, con el 1 y se completa con ceros tanto como dígitos indique FF, que son dos, así que quedará 1OO:  100>FF. Recuerden no se llama cien.

 

Retornando a lo del lenguaje trasladado, la palabra kilo es del sistema decimal, significa mil unidades de algo, por ejemplo, kilogramo es mil gramos, kilometro es mil metros, kilohertz es mil hertz. Esta palabra también es usada en el sistema binario para indicar 1.000.000.000 unidades de byte, que en decimal se escribe 210=1024, el cual es el primer número redondo en binario. Recordemos que 10000000002 =102410, Cuando se indica un kilobyte se está señalando, en decimal, 1024 byte o su equivalente, en binario, 1.000.000.000 byte.  Como ilustración, en decimal, el número 100 se lee cien, en binario uno, cero, cero. Aún no posee, en base 2, nombres específicos.

 

Sin embargo, palabras como megabyte, gigabyte, terabyte, petabyte, exabyte, zettabyte, yottabyte son palabra para la indicación binaria que se usan también el decimal, lo cual está bien, si se toma en cuenta que kilo en binario es 1024. Kilobyte=1024 byte, megabyte=1024 kilobyte, gigabyte=1024 megabyte y así sucesivamente.

 

Edgar B. Sánchez B.

domingo, 28 de noviembre de 2021

LAS SUPERSTICIONES NOS ASECHAN

 

LAS SUPERSTICIONES NOS ASCECHAN

Llamaré superstición a toda creencia que nos impida actuar con libertad, esas que no dejan ser o nos indica como ser por qué siempre ha sido así. Las supersticiones tienen orígenes insospechados. La mayoría son promovidas por las religiones, fomentarlas proporcionan control sobre las masas de humanos. Algunas supersticiones no las reconocemos, están amparadas en el pretexto: viene de antaño. Son sencillamente mecanismos de control. Algunas usan imágenes sangrientas, los que viven a propósito de este poder saben que hay personas sensibles a este tipo de visual.

Hay supersticiones que son numerológicas, algunas subrepticias, como las desarrolladas alrededor del número 13, hay billetes que a lo ancho tienen trece veces, en algunos de sus lados, el número que representa su valor, ¿cuál superstición sobre el 13 tienes tú?, otros billetes tienen un ojo, para hacer referencia a Horus, el ojo que todo lo ve. El triángulo es común, las divinidades se subdividen en tres para sus distintas funciones.

Ser supersticioso no es ni bueno ni malo, hago énfasis, amigo lector, en revisar el valor lógico asociado a la estructura de la lógica formal: ni,ni.

Intentaré llevarlos de la mano sobre una de las supersticiones más extendidas en el mundo y que no nos enteramos que está presente.  Por ejemplo, el número 1 asociado a las páginas de inicio de un libro no se marca; se justifica que está sobreentendido y esta suposición es asumida por todas las editoriales y escritores. Sin embargo, podría tener una superstición detrás.

Veamos una lectura:  El número 6 por lo general está asociado al mal, a la mentira, a la antítesis de Dios, al demonio.  Un ejemplo de ello es el 666, que de seguro lo han escuchado. En cambio, el 9 se asocia a la vedad, a la bienaventuranza, la mitología griega relata que 9 musas, impuesto por el dios Zeus, educaron a Pandora, la primera mujer, en las artes que toda mujer debiera dominar.

Si agrupamos, de 3 en 3, todos los números naturales, números que sirven para contar objetos enteros, sin fracción y, luego, se suman estas triadas, notamos que ocurre lo siguiente: Si empezamos con el uno, 1+2+3=6; 4+5+6=15, 1+5=6; 7+8+9=24, 2+4=6, otro más, 7+8+9=24, 2+4=6, nos damos cuenta que todos los grupos suman 6 o un múltiplo de 6.

Recordemos que para averiguar si un número natural es múltiplo de 6, basta observar que es par y al sumar sus dígitos, esta suma sea múltiplo de 3.

Sin embargo, si se hace lo propio, con triadas a partir del 2 se obtiene: 2+3+4=9; 5+6+7=18, 1+8=9; 8+9+10=27, 2+7=9, otro más, 11+12+13=36, 3+6=9. Es decir, al omitir el uno, comenzando con dos todas las sumas de sus dígitos de cada triada dará nueve, el número de la verdad.

¿Será que la tradición de no marcar la página uno tenga que ver una superstición?

 

Dr. Edgar B. Sánchez B.

martes, 16 de noviembre de 2021

UN TOQUE DE ARROGANCIA.

 UN TOQUE DE ARROGANCIA. 

Los números que más se destacan en el uso son en principio el 12 y el 10, el primero base del sistema duodecimal, base 12, que influyo en la división del año en doce meses y el día en doce horas, inspirado en las doce falanges, primera máquina humana, en la que se usaba el dedo pulgar como contador. Luego hubo que hacer ajustes en la medida que los instrumentos de medición se hicieron más y más precisos. 

Son variedad de asuntos que se adaptaron al doce, entre ellos las notas musicales que son doce: La(A), La#=bSi, Si(B), Do(C), Do#=bRe, Re(D), Re#=bMi, Mi(E), Fa(F), Fa#=bSol, Sol(G), Sol#=bA, cuyos nombres se ajustaron para hacer aparecer el 7, número de la perfección y expresión de la naturaleza, siete colores del arco iris, siete días de la semana, y el 5 que aparece en el diseño de la máquina perfecta, la mano del ser humano.


Doce notas, siete sin alteración y cinco alteradas, cuyos nombres se  deriva del inicio del primer verso de un himno religioso, Ut Queant Laxis, usado por Guido D`Arezzo (992-1050) para nombrar todas las notas musicales, del himno dedicado a San Juan el Bautista por Lombardo Pablo el Diácono. 

El número 10, es la base del sistema con mayor uso, aunque aún prevalece los de base 12 y base 60. En el cual se vislumbra dos veces el cinco para construir instrumentos de precisión. Todos, por costumbre, sabemos sumar en base 10, no muchos en otras bases. 

El Toque de arrogancia es debido a que nací un día 5, del mes 11, ambos números primos, y doce días después, del mismo mes, pero 1906 nació mi padre, que nació un 17 que también es número primo: Papá es el ser humano que más admiro. 

El número 11 es usado comúnmente para realizar combinaciones de rodamiento de máquinas, entre otras, piñón y corona en el diferencial de un vehículo. La razón del uso es para efecto práctico, en esta combinación dos dientes volverán a tocarse cuando el piñón haya dado 11xn vueltas, donde n es la cantidad de dientes de la corona, 41 sería un buen número. 

Sé que mi arrogancia será aceptada. Atentamente: 

Edgar B. Sánchez B.

domingo, 31 de octubre de 2021

UNA DAMA VESTIDA DE BLANCO

UNA DAMA VESTIDA DE BLANCO (primero)

UN RELATO SÓLO PARA NOSOTROS: Cuando mi hermano Fortunato estuvo hospitalizado en el central de salud de San Cristobal, Táchira, Venezuela, yo, dado el evidente cansancio físico de sus hijos, apreciación personal, ofrecí quedarme una o dos noches, para acompañarlo, José Antonio, mi hermano, fue conmigo la primera de ellas. Lo hice, con sumo agrado, por cuanto fue un precursor sólido, igual que: Ciro, Flor y Elodia, Lucrecia,  para que logrará mi proyecto personal, graduarme en una carrera universitaria.

En el transcurrir de la última noche, lamento no haber acompañado más, el agotamiento hizo de mí su presa. A las dos de la madrugada bajé hacia la habitación, en el mismo hospital, que estaba ahora disponible para el descanso y que él, Fortunato, ocupó antes de la intervención quirúrgica desde la cual pasó a terapia intensiva y no salió de allí. 

Esta habitación quedaba a seis largas escaleras en forma de espiral a igual número de pisos abajo del destinado para la terapia oncológica intensiva. Ubicada en una de las alas del hospital en la cual, son atendidos los pacientes que por sus posibilidades podían apoyar económicamente el centro de salud. Por cierto, los trámites para el ingreso, a este tipo de ambiente, fueron facilitados por el médico que operó a Fortunato, catorce años atrás en su primera lucha contra el Cáncer.

Quien haya estado como acompañante en un ambiente hospitalario entenderá a profundidad el agotamiento que genera, sobre todo si sus recursos económicos son limitados. Allí, en ese espacio para el logro de la salud, brota en forma natural los silenciados llantos y lamentos continuos y solidaridades que brotan de manera espontánea. La atención que nace de un ser querido se fortalece, pero muy pronto el cuerpo cobra.

Con marcado estoicismo, pasó mi hermano enfermo, sus últimos días. Él siempre fue estoico. Es de hacer notar, que mantuvo su ecuanimidad ante la frontera indeleble de la vida y la proximidad del mundo paralelo. Se mantuvo sólido cual roca del más fino cristal. Emuló acrecentado su acostumbrado tesón, tal como fue su tránsito por la familia y por la comunidad de vecinos que tanto respetó y logró formar y educar. Recibió entusiasta y desinteresado apoyo de los vecinos de la comarca en la cual vivía. 

Debo destacar, que la vivencia de acompañarle fortaleció mis cambios, para bien. Tuve la oportunidad de ser su punto de apoyo para que se sostuviera firme ante improvisados depósitos de agua y lograra refrescar con renovada y acostumbrada limpieza su cuerpo que ya se preparaba para permitir el vuelo, cual águila, hacia mundos que sólo imaginamos.

Fortunato fue así, siempre firme, siempre amable, siempre resiliente, siempre preparado para afrontar los retos y dejar con ellos un ejemplo a seguir.

El piso oncológico ya comenzaba a sentir el abandono gubernamental, las puertas rechinaban con ruido estridente, el agua no llegaba por las tuberías, todos los insumos necesarios para el acompañante y paciente había que comprarlos y la habitación de descanso para los familiares de los enfermos lucia deteriorada.

EXTRAÑO ENCUENTRO 

Me he alejado, por la emoción  que en mi produce hablar sobre Fortunato, del propósito inicial de este relato. Expresaba que, a las dos de la madrugada, decidí transitar las escaleras desde el piso oncológico hasta el segundo, según ha corregido por su hija Odilsa Magaly, mi sobrina.

En la ruta encontré una enfermera con un atuendo de reluciente blancura, a la que acompañaba con una sonrisa que llenaba su bello rostro de excelsa alegría. En sus manos llevaba el equipamiento usual para aplicar tratamientos hipodérmicos.

Me sentí acompañado, no es fácil, al menos para mí, caminar por las escaleras de un hospital a las dos de la mañana, escaleras anchas y escalones fielmente calculados siguiendo los estándares propuestos por los manuales de ingeniería, desde cuyos bordes si puede mirar hacia la profundidad iluminada a diez pisos más abajo.

Es conveniente traer a colación que Elodia, hermana de Fortunato, hubo de estar por un mes seguido en el ambiente oncológico, el mismo en el que murió su hermano. Ella cuidó con esmero de madre a su hija Lorena en sus últimos días de la fase de tan mortal enfermedad. Ella relata que la veía cada madrugada que bajaba por las escaleras con el fin de llevar muestras de su hija para ser estudiadas en los laboratorios, otrora gratuitos, ubicados en la planta baja del centro hospitalario. Ella expresa que también agradece no estar enterada que la cofia con la pequeña cruz roja de la hermosa enfermera se había dejado de usar diez años atrás.

Dormí con profundidad.

Al otro día, ya avanzada la mañana, subí de nuevo al piso de cuidados intensivos, allí con rostros atónicos estaban los acompañantes de los otros pacientes y ya había llegado, desde Colón, Freddy Omar, el hijo de Fortunato, Presto para continuar con las búsquedas de medicamentos sugeridos por los médicos.

Fredy Omar me pregunto, a boca de jarro, pues los otros acompañantes le habían comentado mi inocente y osada travesía, por las escaleras, en la madrugada de esa mañana.  

-         ___ ¿A qué horas bajó tio?, preguntó Freddy Omar.

-        ___ A las dos de la mañana__, respondí con naturalidad. Sin saber el objetivo del interrogatorio. 

-         ___ ¿Viste a alguien en la escalera?__ continuó preguntando Freddy Omar. 

-          ___ Si. A una enfermera que subía a dispensar un tratamiento médico__, contesté.

 Todos en el recinto oncológico intercambiaron miradas, pues sabían la intensión del interrogatorio.

__ A esa enfermera, todos los que hemos bajado de madrugada, la vemos que sube__, Prosiguió Freddy Omar. 

__ Dicen que murió, hace aproximadamente diez años de un infarto, en el preciso momento que aplicaba un tratamiento oncológico__ continuo Freddy Omar, como si creyera firmemente en el relato, que otros acompañantes de personas en etapa final l e habían contado. 

__ Narran__ continuó Freddy Omar,  __Que los que tuvieron la experiencia de conocerla y recibir atención de ella, que fue muy responsable e incansable en su trabajo y que sube siempre a concluir el último tratamiento, el que ella dejó de atender luego de sufrir un trágico accidente automovilístico cuando se desplazaba hacia acá, hacia esta sala oncológica. 

__ Dicen__ continuó Freddy Omar, __ que lo hará por siempre por cuanto el paciente que atendía murió una hora después, por no recibir el tratamiento preescrito por su médico.

__El espíritu quedó errante__ interviene uno de los oyentes.

__De haber logrado terminar, el tratamiento, el paciente atendido se hubiese salvado__, agrega un tercero.

__ He escuchado que todo aquel que la ve, se mejorará de alguna dolencia que padezca__ concluye un cuarto hablante.

__Nunca bajaré solo, menos a esa hora__ cierra un quinto.

Luego, superada la impresión, acompañe a mi sobrino Freddy Omar Sánchez Cáceres, su nombre completo, a un centro de abastecimiento de insumos médicos, en su vehículo, color verde, creo, en el que el compró las bolsas contentivas de los nutrientes para mantener la distanasia.  

Veinte años más tarde, cuando me aventuré a escribir este relato, solicité a mi sobrina Odilsa Magaly y lectura para afinar detalles y me comentó que también la vio, cuando bajó las escaleras, aproximadamente la misma hora, motivada por el cansancio y que portaba en la cofia poseía la pequeña cruz roja, aditivo que diez años atrás se había dejado de usar. Para mi sano juicio, doy gracias a mi desconocimiento histórico de la vestimenta. De saberlo hubiese corrido despavorido y de seguro no sería yo el que cuenta este relato.

Creo que es digno acotar que no todos los que transitan las escaleras a esa hora de la madrugada ven a la dama de reluciente blanco y excelsa sonrisa. Por tanto, no reciben el bienestar de salud que propicia el encuentro. 

Dr. Edgar B. Sánchez B.



domingo, 17 de octubre de 2021

NOMBRES PROPIOS

NOMBRES PROPIOS: (*Dios*, dios).

Es social, por cuanto la escuela formal lo enseña, que los nombres propios se escriben con primera letra mayúscula, así que sólo hay que esforzarse en saber cuándo una palabra es o no un nombre propio.

Los nombres personales o singulares para animales, son nombres propios, aunque, en las personas, varios pueden ostentar uno de ellos, son propios por cuanto su sonido lo enfoca.

Hay nombres que, dependiendo del contexto, son o no propios. Por ejemplo, *Dios* o dios. Si se usa desde monoteísmo, como los católicos o protestantes se debe escribir, *Dios*, por cuanto, para estás religiones *Dios* es único, por ende, es nombre propio. Sólo se refiere a la única divinidad que lo merece.

Sin embargo, en religiones politeístas como las griegas, escandinavas, hindúes y otras, la palabra “dios” es una categoría que hace alusión a seres sobrenaturales: dios Zeus, dios Thor, diosa Urisha, diosa Vishnu, diosa Shiva, diosa Ramá, dios Neptuno, dios Marte, dios Horus, dios Poseidón.

Así que, si eres monoteísta y usas la palabra dios, debes escribirla con mayúscula: *Dios*.

 

Dr. Edgar B. Sánchez B.