CARTA A ROSSY
Hola Rossy, que agrado escribirte, la escritura manuscrita,
pensada, reescrita y extensa es uno de los medios que no debió permitirse
desaparecer. siento que mis manos, en este modelo, al tomar el bolígrafo, son
capaces de graficar palabras, que, con elocuencia y cierta precisión, logre
resumir tanta amistad atesorada en años de compartir de tu niñez y mi temprana
adultez, sobre todo ahora, que también se han acercado tus hijas. Te veo enérgica
y con metas claras cónsonas con la personalidad que siempre te ha caracterizado.
De mí, cuento que me encuentro
feliz con lo que estoy llevando a cabo, sobre todo los momentos de estudio que
he tenido en suerte compartir con tus hijas: Daniella y Rossany, ambas
torbellinos con vórtices a punto de explotar. Que personalidades tan
avasallantes y tan demostrativas de provenir de un tronco capaz de imponerse a
cualquier reto que la vida le depare.
Las clases han sido fenomenales,
sobre todo en lo que respecta leer adecuadamente frases cargadas de contenido, que,
en resumen, es lo recomendado por las instituciones de estudio y/o el profesor
encargado de las asignaturas que cursan sus hijas en la ruta de preparación
para el reto académico que se han propuesto. Esas sugerencias de estudio las
siento adecuadas y apropiadas para ritmos acelerados, con ellos y el orden que
han sido planificados y expuestos permiten asumir el reto de lograr niveles
para la convivencia profesional en un mundo tan exigente y cambiante; sobre
todo en tiempos de globalización.
Aunque debo anexar un parágrafo
para dejar sentado que eso que se llama globalización siempre ha existido, con
las respectivas diferencias a considerar; sobre todo en la capacidad actual de
que el mundo sepa en segundos lo que ocurre en su antípoda. Las distintas
sociedades han migrado en todas las épocas, aunque sólo se han hecho populares
las de los vikingos, las de los mongoles, las invasiones de España e Inglaterra
y la conquista del oeste de los Estados Unidos.
Los materiales sugeridos por las
instituciones en las que estudian tus hijas están escritos siguiendo la
rigurosidad de las estructuras en cadena, los cuales, es recomendable, para el
logro del éxito que los estudiantes sigan con rigor y sin saltos, cualquier
material no internalizado e incluido en la zona de comodidad individual
producirá ruidos estruendosos en los que le siguen.
Sin embargo creo, no todo es
perfecto, que desarrollan, apresuradamente, temas que sólo son cónsonos para
personas que han superado las estructuras cognitivas de Jean Piaget. Esto
indica, irrevocablemente, que el sugerente para el manejo de estas estructuras
no ha leído los trabajos de psicólogos especializados en temas de capacidad
cognitiva acorde con la edad de los estudiantes.
Aunado al parágrafo anterior
están las sugerencias de Burrhus Frederic Skinner, psicólogo y filósofo social
que, entre otras, plantea que los tiempos naturales, para el aprendizaje,
cualquiera sea la rama, requiere sobre las diez mil horas, equivalente a dos
mil días o seis años. Tiempos probados usando estadísticas y correlaciones
reconocidas por investigadores. Razón por las que la mayoría de profesiones
universitarias sugieren este tiempo de formación más otro tanto que organizará
el aprendiz cuando ya esté en su etapa de aplicación y madurez. Como ejemplo
las profesiones de la música cuyos discípulos inician desde los seis años y a
los catorce, ocho después, manejan las estructuras básicas con cierta precisión
para iniciar la etapa del aprendizaje personalizado, de cuyo acierto y empeño
depende el éxito
En cuanto al tiempo continuado para
las faenas profesor alumno, en el sistema presencial, se sugiere de noventa
minutos que, por lo general, es de aclarar, los diversos sistemas educativos lo
calculan como dos horas completas para el respectivo pago de servicios, asunto
por el que estoy en total acuerdo por cuanto los niveles de concentración y
entendimiento sobre un tema tiende a disminuir cumplidos los noventa minutos y
los profesores acostumbra la libertad de cátedra para desarrollar curriculas
denominados ocultos, nombre éste debido engloba lo que no está planificado por
la unidad académica.
La modalidad a distancia con
comunicación síncrona, considero que debe aplicarse con estrategias cercanas a
la presencial real, con sus respectivas actividades que le son propias, por
cuanto puede ser utilizadas con igual o superior intensidad de
enseñanza-aprendizaje dado que se puede contar insimultáneo con recursos útiles
como: Excel, Works, geogebra, editor de ecuaciones, látex y calculadoras
científicas disponibles en la red, tablas. Además de pizarras virtuales de uso
compartido a síncrono.
Es aconsejable considerar que las
modalidades a distancia pudieran recurrir en un solo ambiente personas de
nacionalidades distintas y con niveles de comodidad variados sobre el tema en
desarrollo.
La experiencia que he tenido con
tus hijas, amiga Rossy Carvajal, ambas habitantes de los Estado Unidos, Miami, han
sido, para mi crecimiento profesional, bastante provechosa, al igual, como
otras con alumnos de Argentina, Pablo Briceño; de México, mi sobrina Juliana
Moreno, también de Orlando, Ana Lucia y un brillante estudiante, que también
vive en EEUU, de nombre Johan, quien, a pesar de lo exitosa que fueron los
encuentros, activo una pausa en la comunicación educativa con la firme
convicción de que habrá otros momentos de estudios compartidos conmigo en
oportunidades futuras. Todos ellos adolescentes, al menos la mayoría, entre once y quince años de edad, salvo Paulo
Briceño que es un diseñador de software
que pertenece al grupo etario de la temprana mayoría de edad de tu hija
Rossani.
Creo que ayuda, por si deseas
compartir esta carta en alguna lectura familiar, en esos momentos que la
familia se sientan simulando un mesa redonda, para el descanso de las jerarquías
en los rangos naturales, relatar aunque
sea en breves líneas, la razón por la que ustedes como familia, incluyendo mi
comadrita Marina Vivas, han contribuido con publicar mi oferta de trabajo, es
que tuve, por destino de la vida, ser su vecino en el Bujarú, de la ciudad de
Trujillo, Venezuela, por lo que nos hicimos amigos de familia, yo adulto, claro
está, y tu una niña aún párvula. Tuve la dicha de compartir aprendizajes con
todos ustedes incluyendo el manejo del computador como herramienta con Gabriel,
su hermano, quien hoy es un exitoso ingeniero petrolero que tiene al mundo
entero, con sus posos del oro negro, como campo de trabajo.
Tiempos hermosos que recuerdo con
sumo orgullo, como también llevo en mis memorias positivas cuando les prepare
cotufas y tequeños una noche de meteorititos que engalanaron el cielo y la
mayoría de los niños vecinos disfrutaron el espectáculo cósmico en la azotea
del Bujarú, donde felizmente vivíamos, ustedes apto uno, yo y mi familia en el
tres.
Ese momento de apoyar a los niños
en el paseo nocturno por la parte superior al edificio residencial donde vivíamos
para la teleobservación cósmica del espectáculos de luces ofrecido es cónsono
con nuestra familia de educadores y
formadores pues, sabemos, igual a la enseñanza que nos dejó el creador del paraíso,
en la figura de la prohibición del consumo de la fruta madura del árbol del
conocimiento del bien y el mal, es aplicable para indicar a nuestros hijos que
el saber no es posible consumirlo desde lo hecho por otros, más bien, hay que
recorrer la ruta desde la preparación del terreno y suborear la experiencia de
que algunos granos de la siembra sólo nacen para morir pronto, pero aquellos
que logran crecer, gracias al riego individual diario, fructificará. También
hay que cuidarlos para que las plagas no la corroan, para finalmente consumirla
y tomar su semilla y replantarla para nuevas enseñanzas y recorrer organizado para
otros.
Me corresponde, lo hago con sumo
placer, darte las gracias, incluyendo a tus hijas, por haber publicado mi
oferta de trabajo como profesor en las redes sociales de los Estado Unidos. Te
cuento que recibo llamadas telefónicas donde solicitan mis servicios e indican
que han leído la publicidad que ustedes, como bien para mí, han subido en los
grupos de gente latina a los que pertenecen. Gracias infinitas nuevamente.
Tenía tanto que contar y
agradecer que sobrepase el lineaje acostumbrado para las cartas personales,
pido disculpas, tengo muchas cosas por contarte.
Atentamente, su amigo:
Dr. Edgar Bautista Sánchez
Briceño.