MUSEO POR CASA
Ahora creo que hay un plan
para mi, alguien o algo lo organizó y se asegura que, en la ruta de la
fortuitidad estén los trazos, sin saberlo, debo transitar. Están ocurriendo
cosas que no tenía en mente, eventos interesantes que agradan sobremanera. En
esas rutas de la vida, conocí a Heraclio José Valera, el caballero que siempre ríe,
él dice que la risa es su modo de vida, cuando conoce a alguien le regala una
sonrisa y lo invita que imite su forma de vivir, en su libro La Botija,
plantea: “aspira que sus coterráneos rían con él” por cuanto considera que en
la risa está la fortuna que todos buscamos: LA FELICIDAD.
Heraclio es un museo. Aunque
esta palabra está secuestrada para signar colección de antigüedades. En él toma
cierta diversificación, cierta transdisciplinaridad. Igual disfruta de chistes
juveniles que hacen reír, intercalados en el más formal paseo, que brinda a sus amigos en su casa residencia,
por fantasías reflejadas en pinturas de su creación, en lienzo, cuidadosamente
enmarcados a la antigua, en madera
tallada. Le gusta pintar caballos y hasta una amazona, su hija, ha sido plasmada
en esplendorosa belleza; como mujer y en trazos llevados a cabo por manos
maestras, canales espirituales, conductoras de profunda visión cósmica.
Regala chistes a montón,
canta a la conmemoria y a la juventud, ejecutando un cuatro, un quinto o una guitarra, con letras densas en el sentir
tocuyano, tuyero, tangos gardelianos o milongas de escuelas formadoras del
danzar y cantar gaucho. Además como es
coralista de la cantoral Arturo Briceño, engalana sus reuniones con
interpretaciones en la que participa todos los presentes, en la cuerda que a
cada uno corresponda, en la dirección magistral del director coral Tomás Torres.
Y, por si fuese poco, dispone en la mesa, gracias a la culinaria de su joven
esposa, manjares a base de zanahoria, remolacha, riñón, atún y torta tres
leches.
Es un deber terminar lo que
empecé. Como inicié este relato hablando de que alguien o algo tiene para mí bienaventuranzas,
expreso que las recibo con beneplácito. Pues estoy recibiendo gallardas
atenciones: Invitaciones a una casa de campo en Sabaneta por parte de Nelsón Delgado
, compartir con amigos músicos, almuerzos en campo abierto, Ignacio me está enseñando
a trabajar la tierra, recibo clases de canto coral en la cuerda bajo, recibo
clases de cuatro con los mejores maestros intérpretes : Roger Marín y Richard
Rodríguez, participo en la Rondalla trujillana y hasta me atrevo cantar la
canción de Chucho Corrales, tierra tachirense. eso si, donde no haya grabación.
Dr. Edgar B. Sánchez B.
EN REVISIÓN
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