sábado, 16 de septiembre de 2017

MUSEO POR CASA

MUSEO POR CASA




Ahora creo que hay un plan para mi, alguien o algo lo organizó y se asegura que, en la ruta de la fortuitidad estén los trazos, sin saberlo, debo transitar. Están ocurriendo cosas que no tenía en mente, eventos interesantes que agradan sobremanera. En esas rutas de la vida, conocí a Heraclio José Valera, el caballero que siempre ríe, él dice que la risa es su modo de vida, cuando conoce a alguien le regala una sonrisa y lo invita que imite su forma de vivir, en su libro La Botija, plantea: “aspira que sus coterráneos rían con él” por cuanto considera que en la risa está la fortuna que todos buscamos: LA FELICIDAD.

Heraclio es un museo. Aunque esta palabra está secuestrada para signar colección de antigüedades. En él toma cierta diversificación, cierta transdisciplinaridad. Igual disfruta de chistes juveniles que hacen reír, intercalados en el más formal paseo,  que brinda a sus amigos en su casa residencia, por fantasías reflejadas en pinturas de su creación, en lienzo, cuidadosamente enmarcados a la antigua,  en madera tallada. Le gusta pintar caballos y hasta una amazona, su hija, ha sido plasmada en esplendorosa belleza; como mujer y en trazos llevados a cabo por manos maestras, canales espirituales, conductoras de profunda visión cósmica.

Regala chistes a montón, canta a la conmemoria y a la juventud, ejecutando un cuatro, un quinto  o una guitarra, con letras densas en el sentir tocuyano, tuyero, tangos gardelianos o milongas de escuelas formadoras del danzar y cantar  gaucho. Además como es coralista de la cantoral Arturo Briceño, engalana sus reuniones con interpretaciones en la que participa todos los presentes, en la cuerda que a cada uno corresponda, en la dirección magistral del director coral Tomás Torres. Y, por si fuese poco, dispone en la mesa, gracias a la culinaria de su joven esposa, manjares a base de zanahoria, remolacha, riñón, atún y torta tres leches.

Es un deber terminar lo que empecé. Como inicié este relato hablando de que alguien o algo tiene para mí bienaventuranzas, expreso que las recibo con beneplácito. Pues estoy recibiendo gallardas atenciones: Invitaciones a una casa de campo en Sabaneta por parte de Nelsón Delgado , compartir con amigos músicos, almuerzos en campo abierto, Ignacio me está enseñando a trabajar la tierra, recibo clases de canto coral en la cuerda bajo, recibo clases de cuatro con los mejores maestros intérpretes : Roger Marín y Richard Rodríguez, participo en la Rondalla trujillana y hasta me atrevo cantar la canción de Chucho Corrales, tierra tachirense. eso si, donde no haya grabación.

Dr. Edgar B. Sánchez B.


EN REVISIÓN 

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