martes, 1 de febrero de 2022

LA CASA EN SABANETA

 LA CASA EN SABANETA

Hay asuntos materiales que representan a las personas, es extraño, sin embargo, sabemos que ocurre. La casa en Sabaneta es para mí, por su puesto, apreciación personal, un icono representativo de lo que fue Nelson Delgado. Observen, decía nuestro amigo fundador de este grupo.

-- La casa está alineada con el alba y el ocaso, razón por lo que se siente, en ella, tanta energía. Claro está, estoy consciente de ello--, agregaba, -- que la energía positiva que ustedes traen es abundante y ayuda a fortalecerla.

Se sentía pleno en su ambiente de campo e involucraba a todos sus amigos. Los músicos agradecían su gesto, porque se transformó en concentrador de encuentros de sonidos, tanto es así, que compró un equipo de ampliación sonora para que sus invitados se sintieran a sus anchas. Su memoria prodigiosa de canciones e intérpretes la usaba para sugerir interludios donde José Luis Covarrubios irrumpía, por dos horas seguidas, con sus acostumbrados mosaicos de medias canciones.

La Rondalla Trujillana, Pacheco y sus muchachos, son unos de los tantos asiduos a ese espacio de cortesía y compartir, incluso, allí pernotó, los hermanos Israel y Gustavo Colina, en una de sus jiras de concierto.

Nelson Delgado era dado a propiciar encuentros de fraternidad, ejemplo de ello, los de la Alameda, donde, centrados en la plaza Ribas, se compartía con la comunidad al son de agrupaciones invitadas que llenaban de sonidos y nombres de vecinos de la comunidad.

Aunque he indicado que la casa de Sabaneta es icono representativo de lo que fue y es, es conveniente agregar, que le gustaba ser el número uno. Se preparaba para ello. De la cantidad de lecturas, de autores calificados, que él hacía, extraía, diligentemente, palabras para luego compartirlas con sus amigos. Es para mí de grato recuerdo estos retos por cuanto me hacía recurrir con patrones de búsqueda a los diccionarios electrónicos disponibles actualmente.

Creo no exagerar que Nelson compartía todo, todo lo que es compartible. Nos permitió, en tertulias de fortalecimiento: su fogón de lecha, las charlas amenas con sus hijas, las puestas de sol desde su casa como mirador, sus jugadas a tres bandas, el patio desde donde se observan los distintos pueblos trujillanos y las anécdotas de lecturas realizadas.

Dios te bendiga Nelson Delgado, por doquier que estés, seguro estoy, que los que estén a su derredor tienen una compañía excelente.

Dr. Edgar B Sánchez B.

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