domingo, 13 de febrero de 2022

UN SANCHOCHO PARA EL PREPARADOR

 UN SANCHOCHO PARA EL PREPARADOR

Cuando me inicié como docente universitario, lo hice desde la figura de Preparador, cuya posición se logra cuando se ha avanzado en la carrera, en mi caso, matemática pura. Esta posición que te permita pararse ante estudiantes, tiza en mano, y con un pizarrón para escribir, requiere de notas sobresalientes en la asignatura a dictar y haber ganado un concurso de oposición para no graduados.

Cuatro años, desde el tercer semestre hasta el grado, ostenté esta figura, incluyendo los ascensos posibles, hasta llegar a preparador a tiempo completo. El salario devengado, aunque no mucho, permitía ciertos lujos que ahora no tengo, aunque mi formación académica cuenta con varias maestrías y doctorado.

Todos saben que ahora me correspondió, en fuerza, ser preparador de nuevo. Lo llamo así por cuanto la actividad que realizo hacia varios países, en concienciar sobre asuntos de la matemática, tiene la particularidad de que la decisión definitiva sobre si el rendimiento es suficiente, la impone el profesor de la cátedra.

Aunque, como profesor, siempre fui atento a los detalles e incentivaba la repetición como recurso de fijación cognitiva del conocer, ahora me es, en supremacía importante, por cuanto debo visionar los temas con los que serán evaluados, el estilo de las preguntas, las palabras que usará el profesor en la redacción. Me he dado cuenta que ser preparador no es para nada sencillo.  

Visionando y ya alertado, por uno de mi alumnos, centré mi atención en lo que podría ser temas que me proporcione fuentes de trabajo, así que este fin de semana, sábado 12 y 13 de febrero de 2024, concentré mi esfuerzo en estudiar las leyes de: Kirchhoff,  Ohm, Coulomb, las cuales, en éxtasis, desde muy tempranas horas, me aislaron del mundo exterior incluyendo el horario para comer.

A las una de la tarde del domingo, Pedro Duarte, mi vecino del frente, con una taza de abundante sancocho cruzado me hizo recordar que estamos acostumbrados a sentir apetito a esa hora. Tome el envase del hervido que venía acompañado de arepa de maíz, procesado en casa. Quise continuar con el tema de estudio, no pude: el olor a jojoto, la costilla con gallina y la arepa caliente me hizo sentar a disfrutar de tan maravilloso regalo. Definitivamente el mejor amigo y hermano es el vecino más cercano.

Dr. Edgar B. Sánchez B.

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