domingo, 5 de mayo de 2013

A PROPÓSITO DEL CERO


A PROPÓSITO DEL CERO

Al definir una operación ♦ sobre un conjunto “H”, usualmente simbolizado, en ánimo de precisión, como el par (H,♦). [ésto entre corchetes no lo lean, ♦(H,H)→H, (a,b) →a♦b]. Se aspira que ♦ acepte a un elemento del conjunto H, como neutro; es decir, que haya un e, eЄH (se lee e pertenece H, o, e perteneciente H) tal que cualquiera otro b, bЄH, no sea alterado al operarlo con e: o lo que es igual, e♦b=e♦a=b. eЄH, desaparece como por arte de magia. “e” por tener esta característica es llamado “elemento neutro de H” para la operación ♦.

Un elemento “e” con la virtud definida en el parágrafo anterior, es único (en H no hay otro elemento que comparta con “e” la característica de no alterar a los demás). Afirmación: “e es único”; Supongamos que hay dos, “e” y otro más “c”; e,cЄH, c neutro al igual que a, pero, e≠c; ambos cumplirían la propiedad de no alterar a los demás: e♦b=b♦e=b, b♦c=c♦b=b; b representa a cualquier otro elemento del conjunto H, es genérico; jugando un poco con las igualdades tenemos e=e♦c, por ser “c” neutro; e♦c=c por ser “e” neutro; así que, e=e♦c=c; conclusión e=c, por transitividad de la igualdad. Esto conduce a que en el mismo discurso se tiene, simultáneamente, c=e y c≠e, lo que es contradictorio (los políticos juegan con esto, en el arte del engaño); se concluye, por reducción al absurdo, que el supuesto, de que habían dos neutros, es falso. Es suficiente para garantizar que el elemento neutro es único. Probada la unicidad del neutro, se le asigna un nombre, que él sólo tendrá: el más común es “e”, en los números reales “0”.

Ahora, por conveniencia; tomando en cuenta el público holístico al que va dirigido esta reflexión, y en contra de la castrante especialización, cualquiera sea; deberíamos ser transdisciplinarios convivientes de una pluriversidad (no universidad, una versíon), reduzco el estudio al conjunto a los números reales R y a la operación “suma” +, es decir, al par (R,+) y con 0, cero, elemento neutro.

Repito, es intencional. En este conjunto, R, el elemento neutro es denotado con el símbolo “0”, llamado cero (Algunas versiones afirman que éste apareció un siglo después de los demás compañeros del sistema decimal). Por lo que se satisface que a+0=0+a=a, para todo aЄR. Aceptado de que 0 es el único propietario de las características citadas, se abre otro abanico; “los números opuestos entre si” (si la operación fuera el producto se llamarían inversos entre si). Nuevamente otra definición, a los matemáticos nos encanta estas cosas, definir casi todo en los ensayos que escribimos; siempre, erróneamente, creemos que los lectores no saben buscar en el diccionario los vocablos de esta naturaleza; así que aguanten, en caso que les haya gustado lo acá escrito. Por cierto, creo que sí, de lo contrario estas últimas palabras no las hubieran leído.

Volvamos al tema. Definición: dos números a,bЄR (a, b números reales) se les dice opuestos, si a+b=b+a=0. Aclaro, si se suman dos números y se tiene como resultante el 0 (cero), el neutro, cada uno será el opuesto del otro, en nuestro caso: a es el opuesto de b y, a su vez, b es el opuesto de a.

Ahora viene otra afirmación: “El opuesto para un elemento a de R es único”. Estas afirmaciones usualmente son llamadas “LEMAS”.
Este tipo de discurso precisa claridad de la ley, lógica binaria, denominada “reducción al absurdo”, para una proposición “p”; Enunciado: Si por aceptar la negación de p; ~p, conduce a una contradicción, entonces es cierto p. Simbólicamente: ~p→C ≡p; léese C, como contradicción y ~p, no p. Cuando con una argumentación filosófica se llega a una contradicción, entonces hay que revisar las afirmaciones supuestas, que dimos por ciertas, una de ellas es falsa; reducción al absurdo, en lógica binaria, afirma que la negación es verdadera.

Volvamos a que el opuesto de un elemento en R es único. Supongamos que aЄR tiene dos opuestos distintos b,cЄR (b≠c), es decir, satisfacen: a+b=b+a=0 y a+c=c+a=0, por lo que: b=b+0=b+(a+c)=(b+a)+c=0+c=c, de donde, por transitividad de la igualdad, b=c; la suposición de dos opuestos “a” y ”b” distintos, nos condujo a la contradicción b≠c y b=c, aplicando reducción al absurdo, es cierta la negación de la suposición, ~( b≠c) ≡(b=c). Ya que cada elemento de los números reales tienen un sólo apuesto merecen que éste herede el mismo símbolo, con un pequeña alteración; así que para denotar el opuesto de “a” se usará la misma “a” alterada con el siguiente signo “-” y quedará “-a”: por lo que el opuesto de “a” es “-a” y el de “-a” es –(-a). En resumen: a+(-a)=(-a)+a=0 y (-a)+[-(-a)]=[-(-a)]+(-a)=0, por definición de opuesto.

Esto último, observen bien, da la impresión de que “-a” tiene dos opuestos: “a” y -(-a), pero ya se aclaró que el opuesto es único, por lo que podemos anunciar que –(-a)=a. Es de esta reflexión donde brota lo que todos sabemos, que menos por menos es más; el enemigo de mi enemigo es mi amigo.
NOTA FINAL: Por favor matemáticos, no exijan tanto, se que debo probar que el opuesto también es un elemento de R y que usé la propiedad asociativa sin decir que ésta se toma como axioma; Tomando en cuenta la diversidad del público a quienes ve dirigido fue lo más legible que pude hacer.

Edgar B. Sánchez B.

A PROPÓSITO DEL ORDEN DICCIONARIO


SI sólo existiera tres símbolos para expresar las ideas, por ejemplo €, ¥, # y todas las palabras escritas con ellos hicieran alusión a algún concepto, tendríamos que, de acuerdo a la tradición del diccionario, que establecer un orden entre ellas; por ejemplo: €, ¥, #; este acuerdo nos llevaría a que las palabras de una letra estarían ordenadas así: €, ¥, #. Ahora bien, el volumen de los contenidos a comunicar, pronto crearía la necesidad de arreglos de mayor tamaño, y escribirlas con estos únicos símbolos; por lo que es conveniente, un tanto en honor a la gerontogogía (es una broma), establecer previamente el siguiente acuerdo posicional (mostrado con un ejemplo): la palabra €¥#€€¥ tiene a la letra ¥, de primer lugar, la más a la derecha; seguidamente la letra €, de segundo; €, de tercero; #, de cuarto; ¥, de quinto; y €, de sexto lugar. Así sucesivamente, será la numeración para palabras de mayor tamaño.

Las palabras de dos letras tendrán el siguiente orden: €€, €¥,€#, ¥€,¥¥,¥#, #€,#¥, ##. Para lograrlo, se inicia el proceso escogiendo a €, por ser la primera, para el segundo lugar, luego, ocupado ya el segundo; se continua, respetando el acuerdo, a llenar el primer lugar; ubicados, se inicia con €, y así, hasta agotarlos; por lo que aparece €€, luego €¥ y seguidamente €#; nótese que se agotaron las palabras con € de segundo, esto invita a cambiarla por la siguiente; corresponde, según el orden a ¥; de último por #. Las tres últimas palabras de dos letras serán: #€,#¥,##. Haciendo un pequeño resumen, la primera palabra de dos letras es €€ y la última es ##, por ser € la primera y # la última, en el acuerdo.

Agotadas las palabras de dos letras, la necesidad impone la panorámica para las de tres y es “evidente” que empezará con €€€ y terminará con ###. Si se detiene un poco en el parágrafo anterior, se podrá entender que las palabras tendrán el siguiente orden: €€€, €€¥,€€#, €¥€, €¥¥, €¥#, €#€, €#¥, €##, Y€€, ¥€¥,¥€#, ¥¥€, ¥¥¥, ¥¥#, ¥#€, ¥#¥, ¥##, #€€, #€¥, #€#, #¥€, #¥¥, #¥#, ##€, ##¥, ###. Como hay tres espacios: _ _ _ y tres posibilidades para llenarlos: €, ¥, #; por ley del producto hay 3x3x3=27 palabras de tres letras; y 3x3x3x3=81 palabras de cuatro letras, y así sucesivamente. Este método de conteo no de deja espacio par la falsación de Poper.

Traslademos esto al sistema octal (ocho dígitos), siguiendo el orden imperativo 0, 1,2,3,4,5,6,7; aceptando que las palabras mayores de un dígito no pueden iniciar por cero tendremos lo siguiente: Empezaríamos con 10: primera letra para el segundo lugar y primera para el primer lugar. Se cambia el primer lugar, por los sucesivos, hasta agotar la existencia: 10, 11, 12,13, 14, 15, 16, 17; agotados para el primer lugar, modificamos el segundo; por el que sigue la letra 2, y se inicia de nuevo, así que aparece la palabra 20 después de 19 (¡no es veinte!. Ese nombre es exclusivo para el sistema decimal y acá es octal) ; esta secuencia continua hasta agotar todas las posibilidades de dos letras, por lo que el último es 99. Y nuevamente se establece la necesidad de incorporar una nueva posición; y como se acordó no iniciar las palabras con 0, entonces la primera de tres dígitos es 100 y se continúa la sustitución de derecha a izquierda hasta agotarlos. El último será 777, para abrir paso a la primera de cuatro letras 1000. Acuérdese, ¡no es mil!

Esta dinámica ayuda a construir un relación, llamada “Relación de Orden”, en la que (a,b)<(c,d) si y sólo si a Al seguir con cuidado el orden diccionario para el sistema decimal formado por las letras 0,1,2,3,4,5,6,7,8,9; entendemos por que después de la palabra un 19 está 20 y de la palabra 45 está 46. Considerados estos como Números naturales N (N negrita) adquirirán los nombres con los que lo conocemos. No es cierto, la expresión peyorativa de que muchos humanos conocen menos de doscientas palabras, pues si sabe contar hasta mil ya las superó.
Dr. Edgar B. Sánchez B.

A PROPOSITO DE LAS MONEDAS


A PROPOSITO DE LAS MONEDAS

Los diseños de las monedas y sus respectivas nominaciones obedecen a principios que han sido estudiados formalmente en el mundo matemático y que son buenos ejemplos para mostrar su aplicación en el mundo subjetivamente real.
AFIRMACIÓN: Toda cantidad entera superior o igual a cuatro (4) se puede pagar con monedas dos (2) y de (5). (los números representa la cantidad en bolívares)
Sigamos el siguiente razonamiento deductivo (inductivo al comienzo por razones hebegógicas y gerontogógicas)

Si el monto es 4, pagase con dos de 2 (2+2=4)
Si el monto es de 5 pagase con un moneda de 5
Si el monto es 6 pagase con tres de dos (2+2+2=6)
Si el monto es 7 pagase con una de 5 y una de 2 (5+2=7)
Si el monta es de 8 pagase con cuatro de 2 (2+2+2+2=8)
Si el monto es 9 pagase con una de 5 y dos de 2, (5+2+2=9)
Si el monto es 10 págase con cinco monedas de 2 (2+2+2+2+2=5x2=10) o dos monedas de 5 (5+5=2x5=10). Acá comienza a mostrarse la importancia de la propiedad conmutativa en los números naturales.

Así, sucesivamente, las cantidades pares se pueden cancelar con monedas de 2.
Ahora pasemos al procedimiento llamado principio de inducción matemática. Supongamos, que por alguna vía sabemos que cierta cantidad K puede ser pagada con las monedas mencionadas; ¿será posible pagar la siguiente la cantidad K+1?
Hay que trabajar con dos supuestos (ley de demostración por casos):

Supuesto uno: Si la cantidad K se pagó con monedas de 5, retirase una de estas y .
sustituyese por tres de 2.

Supuesto dos: Si la cantidad K se pagó con monedas de 2, retírese dos de estas y se cambian por una de 5.

Este razonamiento es suficiente para afirmar que toda cantidad es pagable con monedas de 2 y 5.

Se presenta la dificultad de como pagar si el monto es uno (1) o tres (3). Para resolver esto se creó las monedas de denominación uno (1). Hasta acá, todo ha sido expuesto sin las complejidades sociales o económicas, por lo que ya está justificada las monedas con valores: uno (1), dos (2) y cinco (5), recordemos que las de dos bolívares existió apodados tinoquitos. Siguiendo un racionamiento similar se puede entender por qué existen, agregando un cero, las de 10, 20, 50. Anexemos otro cero, estas obedecen a factores de inflación crítica, sucesivamente deberían ir apareciendo las cien (100), doscientos (200) y quinientos (500) (en nuestro país la de 200 no tiene historia aún). Sigamos agregando ceros, corresponde las de mil (1000), dos mil (2000) y cincuenta mil (5000), las de mil circuló por un tiempo y las circunstancias condujo a la conveniencia de modificar radicalmente las unidades y es así como las de 1000 fueron cambiadas por uno (1 fuerte), 5000 por 5 fuertes (no confundir con los fuertes de antaño), 20.000 por 20 fuetes, las de 50.000 por 50 fuertes y las de 100.000 por 100 F. Corresponde ahora la de 200 Bs. fuertes y esperemos que la crisis no nos lleve a tener que imprimir la de 500 Bs. fuertes.

Este principio de inducción matemática es equivalente a otro principio llamado buena ordenación.

Dr. Edgar B. Sánchez B. 

JUGANDO A LAS CARTAS


JUGANDO A LAS CARTAS

Las condiciones.
Tómese un mazo de cartas, cualquiera sea el número. A la totalidad de la cartas se le llamará mazo; las subdivisiones manojo. En este caso el mazo tendrá 39 unidades ¿por qué así?, sencillamente, porque se harán tres manojos al azar, eso sí, sin trampa, previamente se barajan; se reparten secuencialmente, una a una, por lo que cada mano
jo tendrá 13 cartas. Estas condiciones no son obligatorias el número de cartas puede ser cualquiera; es más cómodo si el mazo tiene múltiplos de tres: 3, 6, 9, 45, 36, 1236451443…….

Numeración:
La numeración de las cartas, sin marcarlas, hay que hacerla con las figuras hacia abajo, la que queda arriba, en el mazo, es la número 1, la última es la número 39; con las figuras descubiertas, la primera de arriba es la número 39; en los manojos, boca abajo, las primeras son unos, por lo que hay tres 1; y hay tres 13; Si no crees, con las figuras visibles, que la de arriba le corresponde el número trece, ponlas con las figuras hacia abajo, ese es el acuerdo, y cuéntelas. No habrá galimatías, pues el manojo importante es aquel que señale un colaborador.

La ejecución.
Se pide a un observador, llamémosle Juan, es un buen nombre; antes de iniciar el reparto, que escoja una carta (una sola) de la totalidad del mazo, y que la muestre a todos los presentes, menos al ejecutante y la devuelva al mazo; es un buen síntoma pedir a otro que baraje el mazo; el prestigiador no necesita ver la carta, el sabe que después de cuatro repartos, la carta seleccionada estará en el lugar 20 del mazo y siete en el manojo, 13+7=20. Pronto lo entenderán, eso si, hay que hacer cuatro reparticiones; para que acepte ser el número 20, de ahí no se saldrá. Hay que pedirle al colaborador, a Juan, que preste atención en cual de los manojos queda la carta seleccionada, luego de cada uno de los 4 repartos. El indicado por Juan se pondrá en el centro de los dos restantes, para conformar el mazo nuevamente y se reparte de nuevo en tres manojos.

¿Por qué el 20?
Numeradas las cartas, sin marcarlas, del manojo señalado, la escogida le corresponderá un número del uno (1) al trece (13), pues el manojo donde ella esté está conformado por 13 cartas. Para esta explicación consideraré que es el 12, puede ser cualquiera, solo siga el proceso deductivo acá detallando. Empecemos:

Primer reparto
Hacer tres manojos de trece cartas con las figuras hacia arriba, de modo que Juan las vea, no las distribuya tan rápido, no es para lucir velocidad. Júntalas para hacer el mazo, con el manojo señalado en el centro de los otros dos; ahora no se barajan, cuidado con eso. Recuerde que estamos suponiendo que es la número 12 del manojo seleccionado por Juan; conformado el mazo, por estar todas juntas, la carta le corresponderá el 25: 13+12=25.

Segundo reparto
La carta quedará ahora en el lugar 9; las primeras 24 formaron tres manojos de 8, 3x8=24, por lo que la 25 le tacará, en el manojo que sea, el lugar 9; juntarlas nuevamente, ahora le corresponde el número 22: 13+9=22;

Tercer reparto
Al distribuirlas por tercera vez, hay que hacerlo cuatro veces, en su manojo particular quedará como 8, pues las primeras 21 formarán manojos de 7 cartas, así que la 22 quedará de 8, conformado el mazo será la número 21: 13+8=21.

Cuarto reparto
Ahora quedará de 7 en el manojo que Juan señale y de 20 en el mazo; esta propiedad la conservará en caso de que el ejecutante continúe repartiendo. Última explicación: las primeras 18 cartas harán manojos de 6, las tres siguientes ocuparán el lugar 7, cada una donde le corresponda; otra vez hecho el mazo, será la 20.

Espectáculo
El ilusionista con las figura hacia arriba dice: la primero no, la segundo tampoco, la tercera menos, y así sucesivamente, y muestra como asertiva la 20.

Repetición
La misma cuenta pero con otro número. Para esta explicación consideraré que quedó como 1, en el primer reparto. Al estar todas juntas, la carta seleccionada estará en el lugar 14, 13+1=14, y se reparte por segunda vez, por lo que la carta quedará en el lugar 5, 14=3x4+2, las primeras 12 hacen montones de 4 cartas y las dos tres siguientes de quintas para cada manojo; juntas nuevamentele corresponde el 18, 13+5=15; al distribuirlas por tercera vez, en su manojo particular queda como 6, al juntarse en 19; el cuarto reparto de 7 en el manojo y de 20 en el mazo. así que el ilusionista de las cartas, solo debe contar hasta 20.

Observación final. Para mazos de 30 cartas se cuenta hasta 16, mitad más una; así para todos los pares. Para mazos de 69, se cuenta 35; proviene de sumar primero uno y luego se divide entre dos; así para los números impares.
Edgar B. Sánchez B.

A PROPÓSITO DE FIBONACCI


A PROPÓSITO DE FIBONACCI

Los números naturales, denotados con la letra N, esos que tanto usamos todos los días, pues son los que permite contar; en este caso incluiré el 0, cero; N={0,1,2,3,4,5,…..} tienen entre tantas características la de poderse agrupar en dos familias: la de los pares y la de los impares.

La precisión de los que son, es directamente proporcional a entender el uso de la palabra existe. Dos definiciones: NÚMERO PAR: Se dice que un número natural “n” es par, si existe otro natural “m” tal que n=2m. Acorde con esto: 8 en N es par, pues existe 4 en N, tal que 8=2x4, y así, usted mismo puede diseñar otros ejemplos. NUMERO IMPAR: Se dice que un número natural “n” es impar, si existe otro natural “m” tal que n=2m+1. En conformidad, 13 es impar, pues existe el 6, tal que 13=2x6+1 (primero el producto y luego la suma, es el orden de la prioridad). OTRAS DEFINICIONES: NATURALES CONSECUTIVOS: Dos naturales cualesquiera son consecutivos si son de la forma: n, n+1; 8 y 9 son consecutivos pues son de la forma 8, 8+1. PARES CONSECUTIVOS: En cambio dos pares son consecutivos si son de la forma 2n, 2n+2, precisando un poco: Se dice que dos números naturales pares h, k, son consecutivos si existe un natural n, tal que h=2n y k=2n+2. Es por eso que se dice que 14 y 16 son pares consecutivos, pues existe el número natural 7, tal que 14=2x7 y 16=2x7+2. IMPARES CONSECUTIVOS: en cambio dos números naturales se les dice impares consecutivos, si son de la forma 2n+1, 2n+3; por lo que 15 y 17 son impares consecutivos, ya que existe el número natural 7, tal que 15=2x7+1 y 17=2x7+3 (repito: no olviden que primero se realiza el producto).

Lema 1: El producto de dos naturales pares consecutivos es igual al cuadrado del número natural impar que está entre ellos, menos uno.
Prueba: Sean los números naturales consecutivos: 2n, 2n+1, 2n+2. Por lo que 2n y 2n+2 son pares consecutivos; el natural impar entre ellos es 2n+1. Ahora la multiplicación: (2n)x(2n+2)=4n2+4n=(2n)2 +2(2n)= [(2n)2 +2(2n)+1]-1= [2n+1]2-1. Aplicando esto, si se desea multiplicar 6x8, basta recordar que es igual a 72-1=48, otro ejemplo 14x16=152-1=225-1=224.

Lema 2: El producto de dos naturales impares consecutivos es igual al cuadrado del número natural par que está entre ellos, menos uno.
Prueba: Sean los números naturales consecutivos: 2n+1, 2n+2, 2n+3. Por lo que 2n+1 y 2n+3 son impares consecutivos; el natural par entre ellos es 2n+2. Ahora la multiplicación de los impares: (2n+1)x(2n+3)=(2n)2+8n+3=[(2n)2 +4(2n)+4]+3-4=[2n+2]2-1. El último término es el cuadrado del par central menos uno. Aplicando esto, si se desea multiplicar 99x101, basta recordar que es 1002 -1=10.000-1=9.999, de igual forma 7x9=82-1=64-1=63.

Nota: Ya sean pares o impares consecutivos el producto entre ellos es el cuadrado del que está en el centro menos uno. Esta prueba sigue estrictamente el razonamiento deductivo, no existe ejemplos donde se pueda falsar, al igual que los de inducción completa. No ocurre lo mismo en el caso de los razonamientos inductivos, en los cuales debemos estar atentos a la falsación.


Edgar B. Sánchez B.

DANZA CON DROSOPHILA


DANZA CON DROSOPHILA

Edgar y Luis, habitantes de montaña, presbíteros ambos, Luis un poco más, estaban en plena crisis psicológica, sus hogares se desmoronaban sin que hubiese nada por hacerse que evitara la eminente caída. Siempre organizaban paseos por los Andes que disfrutaban a plenitud. Su podría decir que la solides de la amistad que los unía estaba centrada en los paseos que realizaban juntos, incluso prometieron que si alguno de ellos compraba un transporte rústico invitaría al otro a conocer los parajes venezolanos como; Guirigay, Ciénega, Cabimbú, Cristalina, La Torre, Tuñame, Las mesitas, Tomón, Zumbador, Porqueras, Piñango, Tisure, Mucuchache, Cendé; todos estos y otros tantos estuvieron en sus bitácoras hasta que un amigo de lo ajeno robó el rústico que Luis había comprado, transporte para las aventuras de montaña.

En una de tantas crisis de hogar, y en el calor natural de la angustia que produce este tipo de eventos de familia, improvisaron un paseo a las playas de Ocumare: Playón, Cata, Catica, Ciénagas y Cuyagua. Llegar allí desde sus hogares habituales, fue realmente digno de la astucia de Homero, y hubo, en muchas oportunidades que bajar a las simas oscuras a consultar al sabio Tiresias, que por demás, ese deseado apoyo odiséaco, no rindió el fruto, el presbítero de las profundidades no alcanzaba entender las nuevas modalidades del delito que se vive en el mundo del siglo XXI.   

Rumbo a Maracay, en el paso de Barquisimeto, el plateado vehículo automotor presentó deficiencias en el sistema de enfriamiento del aire. Esto ocurrió a la una de la tarde, se buscó el taller especializado, supuestamente, se hizo el intento de arreglarlo y fue lo contrario, lo dañaron, los supuestos empíricos del acondicionamiento de aire estaban en etapa de aprendizaje; en lo que si eran expertos, demostraron serlo, en el abultamiento de la factura. Treinta minutos después, veinticinco kilómetros de viaje, el automóvil estaba montado en una grúa rumbo a un estacionamiento; Edgar y Luis buscando hospedaje de coste mediano. El gruero recomendó un hotel en el que permitían entrar la grúa para dejar su contenido, y cercano a este había un electroauto de reconocida solvencia.

Asignaron la habitación, los viajeros llevaron a cabo los respetivos aseos corporales; ese día el fogonero que alimenta la fogata para la luz natural parecía que lo hacía con el más refinado coque. Escucharon risas y festejos de un salón del hotel desde el cual también se oía música de alta fidelidad y con volumen de fiesta. Bajaron para buscar algunas espirituosas, ambiente estaba colmado de hermosas mujeres con atuendos de ocasión. Luego de algunos éteres, dos damiselas de apretadas cinturas fueron invitadas a la mesa a compartir: danza, diálogo, caricias, risas y costosos néctares. Luis diestro en la danza, disfrutó de la velada en todas las oportunidades posibles, las damas de cuerpos esbeltos se movían al compás de la música haciendo énfasis de conocimiento rítmico, propio de los que ensayan a diario para lograr sutileza de movimientos que agradan a miradas exigentes; ya libados Edgar y  Luis prestaban atención a otras ofertas que las féminas estaban dispuestas  a brindar y solazar.

Edgar, casi en la hora del cantar de gallos, consideró que era suficiente de festejo, y se dirigió a la habitación, su cuerpo no aguantaba más trajín, la jornada del día había sido tensa y llena de sobresaltos, además había que llevar el carro a un taller a primera hora del día. En cambio Luis animado por el baile se mantuvo en el escenario de fiesta hasta los primeros rayos de sol. Edgar despertó temprano, pues debía llevar el carro para el arreglo respectivo. Fue a la habitación de Luis y notó que dormía con placidez y que su habitación, por el desorden que mostraba, había sido usado por más de una persona; la dama de la fiesta, la de caderas abundantes y redondas había ofertados sus servicios. Al taller, aproximadamente a las dos de la tarde, llegó Luis con profunda preocupación, desaparecido su teléfono y otros enseres que le eran necesarios, esperaba que estuvieran en el vehículo. En el teléfono estaba la data de cultivadores de Drosophila Melanogaster, a quienes Luis le haría compras en Maracay, algunos ejemplares del díptero. El teléfono móvil personal era vital recuperarlo.

Se inició la campaña de recuperación. El proxeneta que atendió la mesa en la noche de farra se mostró presuroso e inmediatamente se contactó a los plagiarios; exigían un monto que superaba al de una unidad telefónica nueva, sin embargo para Luis aquella era necesaria, hubo de  hacerse el depósito por adelantado. Un problema adicional se presentó, la  extorsionista, , estaba fuera de la ciudad y regresaría dos días después, Luis le rogó vía telefónica que le dijera algunos números que estaban guardados en su unidad y ella los dictó con presta atención, Luis anotó en una servilleta revestía de figuras de labios color carmín. Con esta información viajamos a Maracay a disfrutar de tres días de playa. Para el retorno deberíamos buscar el teléfono perdido en un quiosco que indicaron los raptores. Pasaron por él. La dama del comercio ambulante exigió un monto en  bolívares adicional por los servicios prestados y entrego el aparato. Se montaron el carro con premura, el nerviosismo invadía a Luis y a Edgar, sentían que el lugar estaba cargado de morontianos  malignos. Ya en terrenos de seguridad Luis trató de encender en Cel, no funcionó, otra sorpresa, no era el de él, pero si una unidad semejante.

Edgar B. Sánchez B.

VITÚ

Vitú es un topónimo asignado a un lugar trujillano-venezolano hacia donde concurren en encuentro fraterno los árboles de hermosas frondas y las densa nubes, visitantes de atardeceres, que se hacen seguir de aire frio, incitador de angélicos pensamientos de amor cóncavo y convexo. Ruta obligada para visitar, desde Pampan: Santana, Bolivia, San Rafael, San Miguel, Boconó y Niquitao. A este lugar de encanto, acostumbran ir: Edgar, Luis y Marcos. Este trio Aprovechan los días de descanso para disfrutar del encantado lugar, acompañados de espirituosos líquidos extraídos de las pencas de las agaves, que acostumbran consumir acompañados de jugo de naranja; su punto de encuentro, es la casa de Jesús.

Un viernes, como cualquiera de tantos, en los que suelen visitar el lugar, cansados de la jornada de esfuerzo intelectual, pues Edgar y Luis, son ambos matemáticos trabajan en una universidad de la región, recibieron la hermosa sorpresa que Jesús estaba acompañado de una dama, madre de dos adolescentes que le acompañaban.

La dama poseía en su anatomía natural, las características que hacen imposibles desviar la visión hacia otro lugar que no sea el que permita disfrutar su rítmico caminar. Ella Impactó. En especial el firme y abultado derrier, su cabellera amarilla, ojos verdes: grandes y expresivos y labios carminados como brotes de rosas cuidadas por el más experto jardinero.

Empesó el ataque: Luis con sus acostumbrados arreglos de palabras que hacen reír en abundancia; impactó de desde el inicio, en especial a ella, que lo expresaba con amplias sonrisas que hacían que sus labios brotara el encanto incitador; Edgar declamaba poemas, madurados en tantos trajines, para endulzar, creía él, el oído de tan hermosa fémina. El tiempo no transcurría, se detuvo como por magia divina para dar espacio a los pretendientes para el desarrollo de sus estrategias de conquista. La dama demostraba, con algunas atenciones que disfrutaba el cortejo de los galanes. Los dos galanes habían llevado algunos presentes para consumir a los que Marcos no hizo ningún aporte económico.

Momento cumbre. Salió uno de sus hijos, el varón, con un crucigrama en mano, de esos que Luis ha llenado toda su vida y es experto. Me vino como anillo al dedo, pensó Luis, en el momento preciso, ahora deslumbraré con mi sabiduría al adolescente y a través de él, el corazón de la dama. Edgar se acongojó un poco, sin embargo se quedó en lugar dispuesto a dar la pelea. A cada pregunta del crucigrama, Luis contestaba con certeza y Edgar aprovechaba para descomponer etimológicamente las palabras, el pareo durante seis ejemplares, el tiempo total, dos horas; parejo para ambos pretendientes. La dama, en agradecimiento, preparó los presentes alimenticios que todos degustaron con delirio. Estaban dispuestos a continuar en la exhibición de sabiduría, el adolescente dio, por cansancio, terminada la sesión. Marcos no apareció por ningún lado, estaba oculto, en las sombras, de la jornada del saber, para Luis y Edgar, y disculpen la expresión coloquial, Marcos es tan áspero, sólo comparable con un sapo en un acuario.

Ella entretenida por la calidad del encuentro, organizó una habitación para que Edgar y Luis pasarar allí la noche. Nosotros anonadados por el angelical “perfume de mujer” manifestamos con gestualidad de conformidad; ésto nos permitiría continuar, el día siguiente, con el encantamiento. Además de la posibilidad de una noche entre perfumes expelidos por el cuerpo de ella y uno, sólo uno, y de nadie más. 

Comenzó la jornada musical, ella tocó el cencerro; Jesús, el bongó, Luis, el cuatro; el adolescente, la charrasca; Luis y Jesús alternaban con boleros de antaño, que ella degustaba, pues vivió con ellos, desde niña, con su padre músico percusionista de orquestas venezolanas. Luis con la mirada expresaba que sus cantos estaban dedicados a ella. Edgar sintió que se la agotaron los recursos, aunque para minimizar, lo avanzado por Luis, declamaba uno que otro poema que nadie oía. Marcos, ausente, no daba vestigios de vida. Se interpretaron canciones de: Roberto Carlos, Joan Manuel Serrat, Los pancho, Tres ases, Cheo Feliciano, José Feliciano, Edgar, en algún ínterin producto del cansancio, cantaba las de Simón Díaz: Caballo viejo, Aquel, Mercedes; aunque son letras referidas al amor y pasión, no calaba en la conciencia de ella.

Entró Marcos, y sin haber compartido nada, pidió que los músicos lo acompañaran en una declamación, de su originalidad. ¡que arreglo más feo! todo desarmonizado. y no, eso creía Luis y Edgar, estaba cónsono con la musicalidad que se estaba llevando a cabo, _ “en el calentamiento de esta cocina y el sancocho que se cuece en esa vasija, expreso amigo Jesús que estoy enamorado de su hija_, sorpresa, sorpresa, la dama le ofertó una abrazo de tal magnitud, que si hubiese sido para alguno de los cortejantes, su liquido dador de vida hubiese mojado los pantalones.

Luis se paró en el acto y, con disimulando, se despidió; alegando que ya era tarde y que sus hijos lo esperaban en Trujillo, Edgar, sin querer, acompañó a Luis en la decisión.

Ambos tomaron la carretera, pues estaban a una hora y media de viaje. Para colmo de males, el carro se accidentó y hubo que dormir en la carretera.

Edgar B. Sánchez B.