BUSCANDO A MAMÁ
Su madre ausente, estaba cerca,
la podía tocar, no estaba allí; la niña con sus piernas destrozadas por el
cuchillo, lloraba de pánico, no entendía que su madre presente estaba ausente. Sentía
la ira de la ausencia cuando ella se acercaba a castigarle, siempre lo hacía y ella
lloraba cada vez. Cuando llegó la otra mamá y la alejó, olvido todo. Al tiempo,
cuando hubieron nacido varias lunas, regresó y lloró amargamente al sentir sus
piernas destrozadas por el cuchillo. Se sentó al lado de la madre ausente y
entendió que no era la madre presente la que le hizo daño, sino la madre
ausente. La perdonó.
Edgar B. Sánchez B.
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