ESTÍMULO
Desde la tarima, detrás del
compartimiento del Coaching, la mirada atenta del padre estimula
perceptiblemente al jugador de béisbol, sólo él lo escucha, el niño trata de
enfocar la atención en el entrenamiento, se siente perturbado, las gradas los
desviaban de la pelota en juego. Concentrarse, concentrase escucha el niño, la
voz está allí en el público, no se irá, está inscrita con lápiz de cuarzo en la
estructura diamantina de su cerebro. Batea hijo, escucha de nuevo. De pronto
reflejamente jira el bate y conecta un jonrón que cae en las manos del público;
se escucha su aplauso. Eso hijo, se vuelve a escuchar. El niño siente que ha
complacido a su padre quien podrá irse a cumplir la jornada que en su estado
incorpóreo le corresponde. Adiós papá,
pronunció con amor. Esta vez no lloró.
Edgar B. Sánchez B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario